AFIRMARÁN POSTURA CONTRA MARIHUANA
La pérdida de efectividad de medicamentos por su mal uso, que lleva a empeorar enfermedades e implica un malgasto millonario en las políticas de salud, será uno de los temas centrales del congreso de químicos farmacéuticos que inicia hoy.
La mala adherencia de medicamentos puede llevar a la muerte del paciente. AP
El Instituto de Informática de la Salud estima que cada año se malgasta medio billón de dólares en el mundo debido a un mal uso de los medicamentos, y que el 57% de ese gasto se debe a la falta de adherencia de los pacientes a su tratamiento, dijo a El País Michel Buchmann, presidente de la Federación Internacional Farmacéutica (FIP).
Buchmann será el encargado de abrir el 4° Congreso Nacional de Ciencias Farmacéuticas que se llevará adelante hasta el sábado en los salones del Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU).
Las fallas en el uso de los medicamentos «es un problema económico muy grave, pero lo es más aún en términos de salud y calidad de vida», puntualizó Buchmann.
«La mala adherencia genera no solo la pérdida de efectividad del tratamiento sino que puede empeorar o alargar la enfermedad, llevar a la prescripción de medicamentos más potentes y más caros, aumentar el número de visitas médicas y hospitalizaciones e incluso llevar a una muerte prematura. Por eso, es un problema que hay que considerar con urgencia», afirmó.
El tema será analizado en el congreso con el objetivo de que los profesionales farmacéuticos puedan dialogar con el paciente y desarrollar estrategias personalizadas para mejorar la adherencia.
El titular de la FIP dijo que esto es particularmente importante para los enfermos mayores, crónicos y polimedicados, que constituyen una parte especialmente vulnerable de la población, y que utiliza alrededor de dos terceras partes del gasto farmacéutico en muchos países.
«Los olvidos, la confusión, la complejidad de los tratamientos y de su propia situación personal lleva a que muchas personas no logren cumplir su tratamiento como sería deseable», explicó, y agregó que en estos casos el farmacéutico «puede tener un papel clínico muy importante, revisando y simplificando el tratamiento y ayudando al paciente (e indirectamente, a toda la sociedad) a obtener el mayor beneficio posible de su medicación».
Para el experto, es «muy difícil» identificar quiénes son los pacientes que no están adhiriendo correctamente a su tratamiento, pero aseguró que el diálogo con el equipo de salud «puede dar muchas pistas».
«El farmacéutico puede analizar el histórico de utilización de medicamentos de un paciente y saber si está cumpliendo o no las pautas prescritas», señaló.
Además, dijo que un paciente puede consultar a diferentes médicos, y en ese caso el farmacéutico puede realizar el seguimiento farmacoterapéutico de su tratamiento en la globalidad. «Dialogar con los médicos para optimizar y simplificar la terapia, derivar el paciente de nuevo al médico cuando detecte indicios de agravamiento de la enfermedad». Dijo que como parte de la estrategia, el farmacéutico hasta puede también enviar recordatorios de cuando el paciente debe tomar sus medicamentos.
Marihuana.
Si bien el tema de la legalización de la marihuana y sus posibles consecuencias no estará en la agenda del congreso, los químicos farmacéuticos locales aprovecharán el ámbito y la presencia de autoridades extranjeras para ratificar la postura de la Asociación de Química y Farmacia del Uruguay (AQFU) sobre la distribución de la sustancia en las farmacias comunitarias.
Los químicos han cuestionado la idea de usar a las farmacias como canal de distribución de la marihuana pues entienden que así se perjudica la imagen de estos locales como centros de salud. La AQFU se ha reunido con diferentes actores del gobierno y legisladores para plantearles su posición frente al tema y escuchar sugerencias.
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