Los vuelos internacionales han probado ser un vector en la dispersión de enfermedades epidémicas, pero también podrían serlo de bacterias capaces de producir peligrosas infecciones.
Un estudio presentado en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Infectología que se realiza en Boston reveló que algunos microbios pueden permanecer en las superficies de los objetos más comunes de los aviones durante días, e incluso una semana.
Una variedad de estafilococo dorado, que puede causar infecciones en la piel y enfermedades respiratorias, sobrevivió por 168 horas en un apoyabrazos, mientras que otra de Escherichia coli, causante de diarreas hemorrágicas y falla renal, estuvo por 96 horas en el bolsillo del respaldo.
«Muchos viajeros aéreos están preocupados por los riesgos de contraer una enfermedad de los demás pasajeros, dado el largo tiempo que se pasa en las cabinas compartiendo con mucha gente», dijo Kiril Vaglenov, de la Universidad de Auburn, quien presentó los datos. «Este informe describe los resultados de nuestro primer paso en la investigación de este problema».
Para su estudio consiguieron, de una aerolínea que no mencionaron, seis diferentes tipos de material: un posabrazos, una mesa de plástico, un botón de inodoro de metal, la cortina de una ventana, el bolsillo de un asiento y cuero del mismo. Le inocularon las bacterias y los expusieron a las condiciones típicas de un avión.
Descubrieron que el estafilococo dorado se mantuvo más tiempo. Estaba en el bolsillo de un respaldo 168 horas después. Esto supone un riesgo para los pasajeros, por su contacto con los gérmenes.
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