Los mosquitos serán los turistas más fieles esta temporada
Intendencias refuerzan fumigaciones y toxicóloga advierte sobre abuso de repelentes

La Farmashop de Bulevar España y Tomás Diago ayer estaba a punto de quedarse sin repelente en sus estanterías. “Nos quedan tres en stock”, dijo una vendedora a El Observador. Durante el domingo se vendieron más de 30 repelentes en aerosol y un poco menos del producto en crema, el más aconsejable para los niños. En un día normal de verano se vende apenas una unidad. La diferencia que encontró la vendedora con la infestación de mosquitos de fines de diciembre es que ésta vez muy pocos clientes compraron piracalamina, el más común de los remedios para el mal de los desprevenidos: la picazón. “Ésta vez solo venían a reponer el repelente”, contó la empleada.
Los montevideanos ya aprendieron a soportar las invasiones de los culex, cada vez más frecuentes por la variación climática, mientras que las intendencias de la costa, aplican nuevos productos químicos para atacar a las larvas.
Plan de fumigaciones
La Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) inició ayer un ciclo de fumigaciones más agresivo que el realizado a fines de año. Con una intervención de este a oeste en la ciudad, se atacarán los ejemplares adultos que revoletean las áreas verdes y las larvas suspendidas en los espejos de agua. Hoy le toca el turno al Parque Rodó, Parque Batlle y Villa Biarritz (ver cronograma).
La diferencia con el ciclo anterior es que se prolongará por siete días, se suspenderá por una semana, para luego reiniciar el plan. La última vez solo se trabajó por una semana. “Esto se debe a que, por la condición climática, estamos previendo que van a haber rebrotes periódicos”, dijo la directora interina de Salud, Perla Vivas, al tiempo que indicó que hay “cierta alarma” en la población que puede provocar un uso inadecuado de repelentes.
El calor y la humedad de los días 27 y 28 de diciembre acortaron el proceso de procreación de los mosquitos a 10 días. El clima seco, en cambio, retrasa la eclosión en la forma adulta a 20 o 25 días y, en esas condiciones, se pasan más tardecitas y noches en paz.
“Vamos a tener que aguantar los mosquitos porque lo que se hace es un control del vector, no un exterminio cuando aparece la nube de mosquitos”, explicó Vivas. El margen para prevenir es muy pequeño. Según la experiencia internacional, los mosquitos se han vuelto más resistentes a los productos químicos por lo que no se recomiendan las fumigaciones masivas.
La directora de Higiene de Maldonado, Mary Araújo, expresó que la fumigación contra los culex, los más comunes y corrientes, “dura nada más que 24 horas” porque, al otro día, vuelven a nacer nuevos mosquitos. “Se disimula la situación en el momento”, afirmó.
Una opción más profunda es la utilización de larvicidas en los espejos de agua. Montevideo lo comenzó a hacer y Maldonado ya lo realizaba en sus cañadas.
Evitar excesos
Los mosquitos, en realidad, no tienen la culpa. Son atraídos por el olor de la piel y por el dióxido de carbono de la respiración de los seres humanos. Las hembras pican porque precisan sangre para formar los huevos. Pero aun así son molestos. Entonces, además de una cachetada, su enemigo es la sustancia química llamada DEET (dietiltoluamida), disponible en Uruguay en concentraciones que van desde el 7% al 25%, suficientes para repeler (en ningún caso, matar) a los mosquitos corrientes, según explicó Amalia Laborde, directora del Centro de Información y Asesoramiento Toxicológico (CIAT) del Hospital de Clínicas.
La experta indicó a El Observador que las intoxicaciones por DEET son muy poco frecuentes, asociadas a su ingesta accidental, aunque también pueden ocurrir por su uso excesivo. “Cuando hay una gran invasión de mosquitos, están igual alrededor de la persona y eso da la sensación de ineficacia que hace que la persona vuelva a aplicarse (el repelente) una y otra vez, lo que aumenta el riesgo de tener efectos adversos como reacciones cutáneas”, precisó. Y agregó: “En estas situaciones se genera una tendencia al abuso”.
Una concentración del 7,5% de DEET protege por dos horas; mientras que una de 25% puede extenderse hasta 5 horas. No es necesario volver a aplicar si la persona no va a estar expuesta en un espacio abierto. Laborde recomendó que dentro del hogar se utilicen pastillas termoevaporables o se instalen mosquiteros o tules.
El culex no representa ningún “riesgo vital”, aclaró Laborde. Sin embargo, los niños son los más vulnerables a experimentar las complicaciones de las “picaduras masivas” porque al rascarse pueden herirse y sufrir nuevas infecciones.
Además, la toxicóloga recomendó no aplicarles repelente de 7,5% de DEET más de dos veces al día y prohibió su uso para los bebés menores de 2 meses. Y agregó un dato poco conocido para los padres: hay que quitarles la ropa contaminada con la sustancia y lavarles la piel para que el producto, que ya perdió su efecto repelente, siga incorporándose a su organismo.
el observador.
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