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Qué genera el estrés y cómo prevenirlo


SALUD

El cuerpo humano tiene muchas formas de avisarnos cuando está sometido a niveles de exigencia intelectual o física excesivos. Mantenete alerta y prestales atención

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La mayoría de los pacientes no son conscientes de que el estrés que padecen es el verdadero causante de sus consultas al médico.

“Hay enfermos que primero van al gastroenterólogo, que les dice que tienen colon irritable. Después consultan al neurólogo por una sensación de adormecimiento en los dedos. Y, finalmente, llegan aquí porque el pelo se les está cayendo. Ahí uno les explica que todo está ligado a la forma de vivir. ¡Todo es estrés!”, manifestó el dermatólogo Raúl Cabrera.

Para él, el cuerpo humano es la mejor alerta ante el estrés: “Pocos órganos son tan demostrativos de lo que pasa internamente como la piel de cada uno”.

Dermatitis (hinchazón y enrojecimiento de la piel), alopecia (pérdida anormal del cabello) y psoriasis son solo algunos de los padecimientos que pueden reflejar estrés.

También está el llamado vitiligo o melancolía. Esta es una enfermedad degenerativa de la piel en la que los melanocitos o células responsables de la pigmentación de la piel, mueren, y entonces, el cuerpo deja de producir melanina – sustancia que da la pigmentación a la piel– en la zona donde ha ocurrido la muerte celular.

Ojo a los cambios. El doctor David Dorón dice que también hay que fijarse en los cambios de hábitos: “Veo a menudo a personas estresadas que han tenido cambios en su estilo de vida: fuman más, suben de peso, aumentan el colesterol, tienen problemas de azúcar. Y todo esto son condiciones importantes para desarrollar hipertensión”.

Dorón advirtió además de que existen investigaciones que han demostrado “un aumento de infartos en situaciones de estrés”.

Problemas de concentración y olvidos son otros síntomas tempranos de tensión que también tienen origen en esa causa.

“Si el estrés sigue aumentando, las enfermedades tendrán más manifestaciones”, añadió Dorón.

Los especialistas recuerdan que la tensión crónica provoca alteraciones en el sistema inmunitario. Por eso, aumentan las probabilidades de resfrío, herpes e incluso potencia los síntomas de alergias, según una publicación en el Annals of Allergy, Asthma and Immunology.

Un estudio finlandés, que siguió a 5.000 personas por cerca de tres décadas, vio que quienes mostraban síntomas de estrés por el trabajo durante la mediana edad, tenían una mayor discapacidad 28 años más tarde.

Además, detectaron que quienes vivieron largos periodos de estrés mientras trabajaban, tenían más problemas en la vejez para realizar actividades diarias, como bañarse y vestirse.

“Es posible que la activación crónica de las respuestas al estrés puedan provocar un desgaste del cuerpo y, por lo tanto, aumentar el riesgo de discapacidad”, explicó la doctora Jenni Kulmala, de la Universidad de Jyväskylä (Finlandia), encargada de ese trabajo.

Otro, elaborado por la Universidad de Yale, señaló que largos periodos bajo estrés pueden causar la disminución de algunas zonas cerebrales.

Por último, una investigación publicada en la revista BMJ Open concluyó que el estrés crónico en la mediana edad aumenta el riesgo de alzhéimer en las mujeres. Por ello, saber reconocer y tratarlo a tiempo es fundamental.

¿Cómo enfrentarlo?
“La actividad física es un elemento muy importante de incentivar en los pacientes”, destacó el doctor Dorón.

“Lo mismo que desarrollar un aspecto espiritual. Para algunos puede ser ir a la iglesia; para otros, hacer un paseo por la naturaleza”.

En todos los casos, las técnicas de respiración y meditación han dado buenos resultados.

“Nosotros les enseñamos a los pacientes a hacer algo que no es tan fácil: sentarse tranquilo por 15 minutos, tomando conciencia de la respiración. Esto puede ser fijándose en cómo entra el aire por la nariz o cómo se distiende el abdomen. Cuando la persona toma conciencia del proceso, se le pide que no se enganche con pensamientos, y que cuando la mente intente distraerse, que vuelva a concentrarse en la respiración”, detalló.

http://www.elpais.com.uy/vida-actual/que-genera-estres-prevenirlo.html

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El estrés puede hacer engordar


CIENCIA

El pasar momentos de estrés durante el día es capaz de cambiar el metabolismo, haciéndolo más propenso a acumular grasa

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Todos sabemos que estar bajo constante estrés puede pasar una factura cara a la salud: aumenta el riesgo de presentar enfermedad cardiovascular, al igual que las probabilidades de caer en un cuadro depresivo, sin embargo, además de todo eso, ¡el estrés también puede hacer engordar!

¿Cómo lo hace?
Un nuevo experimento, realizado en 58 mujeres adultas, señala que el pasar momentos de estrés durante el día es capaz de cambiar su metabolismo, haciéndola más propensa a acumular grasa en su cuerpo si come comidas altas en grasa.

Se trata de una combinación cruel, tomando en cuenta que cuando una está bajo estrés, es más propensa a ingerir comidas altas en grasa. Quizás esta nueva evidencia científica nos ayude a tomar mejores decisiones a la hora de comer.

El experimento, liderado por Jan Kiecolt-Glaser, de la Universidad Estatal de Ohio, EU, consistió en darles a las 58 mujeres una comida de 930 calorías y 60 gramos de grasa, compuesta de huevos, salchicha de pavo, panecillo y salsa de carne.

La misma cantidad de calorías y grasa de dicha comida puede encontrarse en un típico almuerzo de un restaurante de comida rápida: una hamburguesa con dos tortas de carne y papitas fritas.

Antes de la comida, las mujeres llenaron cuestionarios para evaluar su nivel de actividad física, si presentaban síntomas depresivos y si habían vivido momentos de estrés en las últimas 24 horas, como discusiones con sus seres queridos o compañeros de trabajo, presión laboral o problemas con sus hijos.

Además, se les practicaron pruebas para medir su tasa metabólica (señala cuánto tarda la persona en quemar calorías y grasa), al igual que los niveles de azúcar en la sangre, triglicéridos, insulina y la hormona cortisol, una sustancia vinculada al estrés.

Después de comer, las mujeres permanecieron en el laboratorio; de esta manera, su tasa metabólica fue medida cada hora, a lo largo de siete horas.

Resultados
Los estudios, publicados en la revista Biological Psychiatry, señalan que las mujeres que reportaron haber vivido uno o más episodios de estrés antes de la comida, quemaron, en promedio, 104 calorías menos en las siete horas siguientes a consumir la comida alta en grasa que las mujeres que no vivieron momentos de estrés previos a comer.

A lo largo de un año, ese cambio metabólico puede resultar en un aumento de hasta 11 libras, según señalan los expertos en su reporte.Los científicos también encontraron que las mujeres bajo estrés tenían niveles más altos de insulina, un factor que puede contribuir al almacenamiento de grasa en el cuerpo.

El estudio demuestra que vivir bajo estrés puede llevar a una mujer a ganar peso, sobre todo si ella elige comidas altas en grasa.

La lección es clara, para evitar este efecto, en primer lugar trate de evitar el estrés, pero si lo vive, piense mejor sus opciones de comida y elija alimentos bajos en grasa.

El estudio se realizó en mujeres porque su cuerpo está compuesto por más grasa que en el caso de los hombres, que tienen más proporción de músculo en su masa corporal.

Los científicos sospechan que, por ello, el efecto metabólico del estrés es más pronunciado en las mujeres que en los hombres.

http://www.elpais.com.uy/vida-actual/estres-engordar.html

Padres estresados, que viven corriendo, crían a niños gordos


TENDENCIAS

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Una investigación en Canadá descubrió que estos niños aumentan de peso más rápido, que sus compañeros con papás relajados.

El estrés no deja descansar ni vivir una vida tranquila. Tenerlo implica estar en constante movimiento sin darse tregua para descansar ni disfrutar el paso de los días.

El tiempo apremia y qué se come, cómo se duerme y cómo se hacen las tareas diarias poco importan. La velocidad, la instantaneidad y el cumplir metas son las prioridades.

Y, ¿qué sucede en una familia cuando los padres están estresados? Lo que se supone, pero que nadie había estudiado antes, es decir, que los hijos también se contagian y lo peor, es que se les nota en la talla y peso.

“Los niños cuyos padres tienen altos niveles de estrés tienen un índice de masa corporal, o IMC, cerca de 2% más alto, que aquellos cuyos padres tienen bajos niveles de estrés”, afirmó al The Huffington Post, Ketan Shankardass, que dirigió la investigación realizada en Canadá y que fue publicada en la revista Pediatric Obesity.

Agregó que además estos niños aumentaron de peso, un 7% más rápido, que los otros niños. La explicación que entregaron es que la infancia es un momento donde las personas desarrollan hábitos y que estarían interconectados con cómo se maneja el estrés, la forma en qué se come y qué tan activo se es.

“Lo preocupante es que si no se detiene esta interconexión a una edad temprana, el aumento de peso seguirá en aumento y se unirá a los problemas de salud que conlleva esta forma de vivir”, advirtió.

Por eso, hace un llamado a los padres con este descubrimiento, para que reflexionen sobre la forma en que están criando a sus hijos en todas las áreas, ya que al no hacerlo e involucrarlos consciente o inconscientemente en su vida estresada, le estarían causando un daño irreversible o un deterioro que es muy difícil de cambiar más adelante.

Latinos más gordos
La investigación fue realizada por el Hospital St. Michael, de Toronto, y analizó los datos recogidos durante el Estudio de Salud de los Niños en Canadá, una de las investigaciones más grandes y completas sobre los efectos a largo plazo de la contaminación atmosférica sobre la salud respiratoria de los niños.

Sobre esos datos, se tomó el IMC de los niños en forma anual y se les entregó a los padres un cuestionario para medir su estrés psicológico.

Entre las preguntas del estudio, estaban: cuántas veces en el último mes fueron capaces o incapaces de controlar las cosas importantes en su vida y si las cosas iban a su manera; otra, fue si acaso sus dificultades se acumulan y tan alto, que siente que no pueden superarlas.

La investigación ofreció un dato interesante para los latinos, ya que incorporó la información de estudiantes mexicanos, al ser la mitad de la población estudiada, y se dieron cuenta que los efectos del estrés en su IMC eran mayor que los niños de otras etnias.

“Esto fue consistente con otros estudios que han sugerido que los niños hispanos son más propensos a experimentar hypherphasia, que es hambre en exceso o aumento del apetito, y el sedentarismo”, comentó el investigador jefe.

Es que les bastó escarbar un poco en los estilos de vidas parentales, para darse cuenta cómo estos influencian el comportamiento de sus niños frente a la comida.

Por eso, la idea del estudio más que acusar a los progenitores busca promover que los papás cambien y establecer canales de apoyo a las familias, para que tengan un suministro fiable de alimentos saludables y que en forma paulatina, vayan mejorando sus condiciones de vida.

Pues si bien no está clara la relación entre el estrés y la obesidad, el doctor Shankardass esbozó que es posible que esa conexión exista, pues los padres al estar estresados no tendrían tiempo de cocinar comidas sanas y preferirían, comprar comida preparada o chatarra para ahorrar tiempo.

Aparte, indicó que el estrés de los padres es absorbido por los niños por lo que los pequeños comerían más por ansiedad y harían menos ejercicios. “El estrés conduce a cambios biológicos que causan el aumento de peso”, aseguró.

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Cuatro formas de combatir el estrés con una mejor alimentación


SALUD

El exceso de trabajo y las preocupaciones pueden producir estrés crónico y deteriorar visiblemente la salud. Algunos consejos para comer bien y vivir mejor

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El Comercio/GDAmié oct 9 2013 17:42

El estrés constante aumenta la presión arterial y el colesterol, lo que a la larga perjudica la estabilidad cardiovascular y genera variaciones en el peso corporal con la liberación de la hormona cortisol.

Por ello, un régimen alimenticio saludable puede ser fundamental para mantenernos vitales y en buen estado físico y mental. Aquí van algunas recomendaciones.

Más pescado, verduras, frutas y fibra.

El pescado es un alimento rico en Omega 3 y hierro, componentes ideales para la correcta función del sistema cardiovascular. Las frutas y verduras aportan gran cantidad de vitaminas y antioxidantes, lo que permite mantener diversos órganos de nuestro cuerpo en un estado óptimo.

Alimentos con probióticos.

Estos poseen bacterias que son sumamente útiles para el sistema digestivo, también ayudan a estimular la respuesta del sistema inmune, así como a disminuir los signos de colon irritable. Entre los principales insumos que contienen probióticos están el yogur, el pepinillo, el chocolate negro y los alimentos encurtidos. Considera a los lácteos como un aliado en la mejora del tránsito intestinal.

Menos grasas.

Al estar fuera de casa, comemos rápido y, por lo general, poco saludable. Para la hora del almuerzo opta por una ensalada o una carne o pollo a la plancha acompañada por verduras. Si se te antoja un postre, elige una fruta: tu corazón lo agradecerá.

Consumir más fibra.

La fibra es completamente necesaria para el correcto funcionamiento de tu organismo, más que nada para proteger el estómago, uno de los órganos más afectados por el estrés. Se recomienda consumir cereales, pan y harinas integrales y frutas a modo de merienda entre cada comida principal

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El estrés excesivo en mitad de la vida puede generar demencia décadas después


MEDICINA

Un estudio de la Unidad de Epidemiología Neuropsiquiátrica de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, afirma que las fuertes presiones a que se ve sometida mucha gente en el ámbito laboral principalmente, en la mitad de su vida adulta, pueden degenerar en crisis conducentes hasta la demencia, inclusive décadas después de finalizados los episodios traumáticos.

Pesimista-estresado-presstv.ir_La doctora Lena Johansson, que encabezó el equipo universitario que se ocupó de tema, hizo un seguimiento de 800 mujeres suecas nacidas entre 1914 y 1930 durante un período de cuatro décadas. Las participantes adhirieron al proyecto que evaluó con exámenes y tests neuropsiquiátricos distintos períodos de sus vidas, y los eventuales síntomas actuales de patologías siquiátricas.

Un 19% de las mujeres habían desarrollado demencia (104 diagnosticadas con el Mal de Alzheimer), y un 25% reconoció experimentar todavía alguno de los factores estresantes que les generaron graves problemas en su edad más productiva.

La preservación de la salud en potenciales pacientes con estrés

Las primeras conclusiones a que llegaron los técnicos señalan no obstante que será necesario más estudios para determinar la contundencia de sus afirmaciones, pero reconocen no obstante aspectos primarios que avalan las mismas.

El estrés produce una gran cantidad de reacciones fisiológicas en el sistema endócrino, el nervioso, el inmune y el cardiovascular, que afectan directa o indirectamente el funcionamiento adecuado del cerebro, con lo cual la posibilidad de que se genere una demencia como consecuencia de tal alteración general es de altas posibilidades.

Determinados factores comunes de estrés psicosocial pueden tener consecuencias severas y prolongadas tanto de tipo fisiológico como de tipo psicológico en el largo plazo”, puntualizó el informe de conclusiones que publica BMJ Open.

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La piel es la primera «víctima» de los graves efectos del estrés


 

Manifestaciones. Caída del pelo, picazón, acné, herpes y hasta psoriasis

EL MERCURIO/GDA | C. GONZÁLEZ

Médicos reconocen un aumento de consultas por patologías cutáneas que se ven gatilladas o agravadas por períodos de mayor tensión. Acné, herpes y psoriasis, así como la caída de cabello y una picazón generalizada, son ejemplos comunes.

De todos los órganos del cuerpo, es quizás la piel la que mejor delata a una persona estresada: luce más cansada y menos luminosa fundamentalmente por la falta de sueño, la mala alimentación o el exceso de cigarrillos y alcohol en que se suele caer en períodos de mayor tensión emocional.

El estrés también puede desencadenar o exacerbar condiciones tan variadas que van desde la caída del pelo o el aumento de la caspa hasta patologías crónicas como la psoriasis o la rosácea.

El tema no es algo aislado pues los especialistas reconocen que en los últimos años ha habido un mayor número de consultas por patologías cutáneas asociadas a las exigencias de la vida moderna.

«Ha habido un aumento paulatino e importante de problemas dermatológicos asociados a cuadros de estrés. Los dermatólogos somos, de alguna manera, los primeros en detectar cómo las personas somatizan el estrés en su cuerpo», cuenta el doctor Raúl Cabrera, jefe de Dermatología de la Clínica Alemana.

Es un fenómeno que no tiene nada de extraño si se considera que la piel y el sistema nervioso tienen un origen común a nivel embrionario.

En medio de esa relación entre piel y sistema nervioso, el estrés tiene un doble rol sobre las dolencias: no solo puede causar la exacerbación de numerosas enfermedades co-mo psoriasis, rosácea o vitiligo, sino que, en muchos casos, también puede ser el factor que las desencadene en personas que previamente estaban sanas.

Así ocurre con la alopecia areata, una enfermedad en la que el sistema inmune ataca los folículos pilosos -parte de la piel que da crecimiento al cabello-, provocando la caída del pelo en ciertas zonas del cuero cabelludo. A veces puede comprometer cejas, pestañas o la barba.

Otros problemas que suelen aparecer bajo estrés son el eczema y prurito, lesiones asociadas a una inflamación de la piel y que provoca picazón, según explica Juan Honeyman, dermatólogo de la Universidad de Chile.

Algo similar sucede con la dermatitis seborreica, que se caracteriza por el enrojecimiento y descamación de la piel, en especial del rostro, el cuero cabelludo y el pecho. También es común que el estrés provoque exceso de sudoración y aumento de caspa.

ACNÉ. Un factor que motiva un porcentaje importante de consultas es la exacerbación del acné. Un ejemplo de cómo el estrés influye en este problema lo observó Honeyman junto con un equipo de dermatólogos de la Universidad de Chile durante un operativo en Santa Cruz tras el terremoto del 27 de febrero de 2010: los casos de acné se agravaron en personas de todas las edades.

Por otra parte, el herpes simple es otra afección que reaparece durante un período de tensión que baja las defensas del cuerpo, provocando erupciones, ardor y enrojecimiento alrededor de los labios o al interior de la boca.

En cuanto a la diferencia de sexos y si los hombres son más o menos susceptible existen diversos enfoques y estudios relacionados.

«El efecto del estrés es si-milar en ambos sexos, pero las mujeres consultan más, especialmente cuando las lesiones son en zonas visibles como cara, cuello y manos, afectándoles la autoestima», precisa Honeyman con base en su experiencia como clínico.

Es entonces cuando se desencadena una suerte de círculo vicioso en que las lesiones cutáneas provocan disconformidad, angustia y estrés en la persona, lo que a su vez incide en que el problema se intensifique.

«Así ocurre particularmente con patologías crónicas como el vitiligo (despigmentación de la piel) o la psoriasis (lesiones escamosas)», agrega Cabrera desde su experiencia como jefe de la Clínica Alemana. «En esos casos, el tratamiento dermatológico adecuado logra cambios dramáticos a nivel emocional, mejorando el estrés», asegura el dermatólogo.

Pero como el estrés puede ser también el gatillante de un problema, a veces una terapia tópica no tiene efecto si la persona no mejora su salud mental. «Se debe evaluar la magnitud del estrés y, si existe un compromiso importante, derivar a un psicólogo o psiquiatra según sea el caso», precisa Honeyman.

EL CORAZÓN. Las situaciones estresantes afectan a todo el organismo, más allá de la piel. A nivel del corazón, las mujeres son más propensas que los hombres a mostrar síntomas de problemas cardíacos después de un episodio de estrés, de acuerdo a lo concluido por un estudio de la Universidad Estatal de Pennsylvania presentado este martes en la conferencia Biología Experimental 2012, en Estados Unidos.

En la investigación se observó que el flujo sanguíneo en las coronarias aumenta en los hombres durante el estrés mental y emocional, pero no cambia en las mujeres. Esta diferencia, dicen los investigadores, podría predisponer a las mujeres a problemas cardíacos durante el estrés.

ASPECTOS CLAVE

Los efectos de la tensión

Al igual que sucede con otros órganos, la piel registra los cambios en los estados de ánimo y es capaz de reaccionar ante grandes estados de estrés y tensión.

Desde herpes hasta calvicie

Los dermatólogos registran casos de patologías cutáneas que son consecuencia del estrés: herpes, acné, pérdida repentina del cabello y picazón aparentemente inexplicable.

Más consultas en las mujeres

Las mujeres consultan más que los hombres pero solo porque se preocupan más por el efecto de la lesión en su estética personal y autoestima.

 

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