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En el Pereira Rossell atienden casi un niño al día por mordedura de perro


NIÑOS Y PERROS

El promedio de edad de las víctimas es de 6 años y en la mitad de los casos estaban en su casa

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El 2 de enero de 2015 por la tarde, un niño de dos años fue atacado por el perro raza Pitbull del vecino mientras jugaba en el frente de su casa, en Jardines del Hipódromo. Su padre pudo separar al perro de su hijo, pero no evitar que le mordiera la cabeza. Inmediatamente lo trasladó al centro de salud del barrio donde decidieron derivarlo al Centro Hospitalario Pereira Rossell. En la emergencia de ese hospital constataron que el perro le había fracturado una parte del cráneo. Estuvo internado en cuidados intensivos por tres días.

Ese mismo día, pero en la noche, una niña de cuatro años estaba en la casa de su vecina en la ciudad de San Carlos, Maldonado. El perro de esa casa, también un Pitbull, mordió a la niña y le provocó hundimiento de cráneo. Llegó al Pereira Rossell al otro día y –al igual que el otro niño– tuvo que ser internada en el CTI de ese hospital donde ya fueron dados de alta.

Como ellos dos, otro niño estuvo internado por la mordida de un Pitbull en el Pereira Rossell pero en noviembre de 2012. Días después de haber ingresado, falleció como consecuencia de las lesiones. Tenía seis años y el perro era de sus tíos.

Según un estudio realizado por el departamento de Emergencia del Pereira Rossell, presentado recientemente, durante 2013 fueron atendidos 301 niños en esa emergencia por mordeduras de animales, lo que representa 0,6% del total de niños atendidos en un año en ese centro de salud (50 mil). La inmensa mayoría (90% aproximadamente) habían sido mordidos por perros.

“No es tan frecuente pero fue casi un niño por día que se asistió. Además, muchos de los niños que son mordidos por perros no consultan acá en la emergencia”, dijo a El Observador la pediatra Alejandra Cedrés, encargada de la investigación, que se basó en analizar las historias clínicas de los pacientes que se presentaron a la emergencia entre enero y diciembre de 2013.

La especialista remarcó que la mayoría de las lesiones fueron “leves”, pero que de todos modos requirieron cuidados, como tratamientos quirúrgicos en la propia emergencia. “Ese año, solo 10% ingresó  (para quedar internado en el hospital) y uno fue a CTI”, agregó.

El promedio de edad de los niños que fueron mordidos por animales -en especial perros- fue de seis años, y hubo más varones que mujeres mordidos.

De los perros que provocaron lesiones en menores, “la mitad eran conocidos por el niño”, explicó a El Observador Patricia Da’llorso, profesora agregada del departamento de Emergencia del Pereira Rossell.

En el estudio que llevó a cabo la doctora Cedrés, la gran mayoría eran perros con el que el niño tenía cierto vínculo. “No eran perros callejeros o abandonados”, apuntó.

Da’llorso dijo que un tercio de los perros que mordieron niños era propio y que de los perros que los médicos lograron conocer la raza, la que predominó fue el Pitbull. “Las lesiones más severas las vemos por mordidas de esos perros”, sostuvo.

Los dos niños que fueron mordidos por Pitbull a dos días de haber comenzado el 2015 pasaron al servicio de cirugía plástica para repararles heridas de la cara, que se le sumaron a las de cráneo. En ambos casos el proceso de recuperación lleva meses y tienen como  principal secuela lesiones estéticas en el rostro.

“Estos niños tuvieron lesiones muy graves. Los dos requirieron asistencia ventilatoria mecánica, ingresar al block (quirúrgico), hacer procedimientos quirúrgicos. Tuvo que trabajar un equipo multidisciplinario con neurocirujano, cirujano plástico y otorrino”, dijo Da’llorso.

Aunque la frecuencia de estos casos es baja, para los médicos implica una “alerta”. “Que en estos poquitos días de lo que va del año ya hayamos participado de la asistencia de dos niños con estas características es un llamado de atención, una luz roja”, manifestó la pediatra.

Gran porte

Da’llorso señaló que una de las razones por las que las mordidas de perros en niños son de casi una por día tiene que ver con la preferencia por perros de gran porte, como es el caso de los Pitbull.

Una investigación realizada por la doctors Gabriela Willat, directora de Zoonosis del Ministerio de Salud Pública (MSP), determinó que desde 1998 el tamaño medio de los perros que las personas eligen como mascota aumentó 10 kilos: pasó de 17 a 27 kilos.

Por año, el MSP recibe un promedio de 2.500 denuncias por mordeduras de perro. Desde 2004, cualquier persona que sea mordida por un perro debe notificarlo al MSP para descartar casos de rabia.

La legislación en torno a la tenencia responsable de animales -ley que fue aprobada en el Parlamento en 2009- establece que quien tenga un animal a su cargo  es responsable de “los daños que el animal pueda provocar a otro animal o persona, sin perjuicio de lo establecido por otras normas legales que le sean aplicables” (ver las claves en página 2).

La ley también contempla que los propietarios de perros de razas “potencialmente peligrosas o entrenadas con fines de defensa de protección personal o de bienes”, deben tomar las precauciones que sean necesarias para disminuir el riesgo de accidentes por mordeduras y ataques a otros animales.

Todos los perros deben usar correa y collar para salir a la calle y bozal si es necesario  y está prohibido que el animal esté suelto en lugares públicos, como parques o playas, expecto que esté autorizado, según la ley.

Da´llorso: Preocupan las mordidas por lo grave de las lesiones

¿La mayoría de las lesiones por mordidas en niños las generan perros?

La inmensa mayoría sí.  Para nosotros es un problema, no tanto por la frecuencia, porque no es que sea tan frecuente, pero sí puede determinar lesiones graves. A su vez nosotros sabemos que hay un sub registro porque hay muchos niños mordidos que mordidas que no consultan. O sea que la magnitud del problema a veces es difícil ponderarlo exactamente.

En general, ¿qué parte del cuerpo se lesiona por mordidas?

La localización de la lesión en niños depende de la edad. Las más frecuentes son los miembros pero más que nada en niños grandes. Las peores lesiones, que da mayor morbilidad y probabilidad de mortalidad, son las que involucran a la cabeza y cara. Cuanto más pequeños son los niños, mayor probabilidad de que el animal lesione esa parte del cuerpo. La mayoría de las lesiones son leves pero requieren sutura. Hemos visto lesiones graves. Ya llevamos dos niños en 2015.  Si uno lo compara con otras dolencias tiene una frecuencia baja pero en realidad son niños que requieren mucha atención. No es un niño con una faringitis que uno resuelve rápidamente. Requieren suturas, antibióticos, analgesia. Muchas veces se tienen que quedar internados en el hospital. En muchos casos tienen secuelas posteriores.

¿Qué tipo de secuelas?

Sobre todo lesiones estéticas y psicoemocionales que hay que atenderlas rápidamente. Si hay lesiones intra craneanas, que también pueden existir, el niño puede quedar con alteraciones neurológicas. Puede haber lesiones de magnitud y que funcionalmente afecten al niño en su futuro.

¿A qué atribuye que la frecuencia sea de casi un caso por día?

Los niños en particular son una población muy vulnerable. El mecanismo de defensa es menor y suelen no reconocer las señales que da el perro. Además, en los últimos años ha aumentado la tenencia de animales de gran porte.

http://www.elobservador.com.uy/noticia/295814/en-el-pereira-rossell-atienden-casi-un-nino-al-dia-por-mordedura-de-perro/

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Detectaron uno de cada cuatro niños con trastornos de sueño


URUGUAY. LOS RESULTADOS COINCIDEN CON LO QUE SUCEDE A NIVEL MUNDIAL

El 30% de los niños relevados en un estudio uruguayo sufre trastornos del sueño. Se despiertan, les cuesta conciliar el sueño, transpiran o duermen pocas horas. Lejos de ser «normal», pone en riesgo su crecimiento y hasta su formación.

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Los videos de terror, juegos y ruido ambiente antes de dormir no ayudan.

Durante el sueño. el cuerpo de los niños segrega hormonas que son fundamentales para su desarrollo, como por ejemplo la hormona del crecimiento. Además, en ese período, consolidan los conocimientos que adquirieron durante el día. Ambos procesos se encuentran en jaque en decenas de niños uruguayos.

Así lo demostró un trabajo de Cristina Scavone, profesora de la cátedra de Neuropediatría del Centro Hospitalario Pereira Rossell junto a Virgina Pedemonte y Paula Gandaro, residentes de la especialidad.

«Muchos trastornos que se presentan como patología en Neuropediatría pueden tener una raíz, en el mal dormir de los niños», señaló Scavone a El País. «Pensamos que era muy importante analizar, en nuestra población, qué pasaba».

Estudiaron 169 niños del sector público y privado entre 2 y 15 años y detectaron que 31% (entre 1 y 2 de cada 4) sufría algún trastorno del sueño. Las conclusiones fueron recogidas por los Archivos de Pediatría del Uruguay en «Trastornos del sueño en una población de niños sanos de Montevideo» (marzo de 2014).

Las alteraciones en el sueño presentaron variaciones entre edades: 33% en preescolares, 26% en escolares y 40% en adolescentes. El problema en el sueño se vuelve trastorno cuando ocurre entre 2 y 3 veces por semana y genera alteraciones en la vida del niño.

Resultados.

Si bien las conclusiones no son generalizables a toda la población porque la muestra fue pequeña, los resultados permiten ilustrar la realidad del país.

El estudio encontró a los trastornos del despertar, (o trastornos del arousal) como los más frecuentes. «Son los que se producen en el primer tramo de la noche como el sonambulismo o los episodios de llanto, cuando el niño llora y es difícil de consolar o parece que está despierto y no es así «, ilustró Virginia Pedemonte.

Los segundos más frecuentes fueron los problemas respiratorios, caracterizados por la apnea obstructiva del sueño, un trastorno común donde la respiración se interrumpe o se hace muy superficial. Luego vuelve con un ronquido fuerte.

Las madres fueron invitadas a grabar a sus hijos y los registros sirvieron para identificar ese ronquido típico. «Es el ronquido que tiene una pausa respiratoria: el niño parece que no va a volver a respirar y de repente sigue respirando. Cuando lo graban se nota muy bien», apuntó Pedemonte y aclaró que no siempre el ronquido es sinónimo de apnea.

Este trastorno suele dejarlos inquietos, les provoca problemas para atender en las clases, además de somnolencia y dolores de cabeza. Asociado con la apnea también encontraron la hiperhidrosis o sudoración excesiva al dormir.

Estos últimos dos, la apnea y la hiperhidrosis fueron vistas más en el sector público que en el privado. Mientras que en las mutualistas registraron más casos de desórdenes del despertar y alteraciones de la transición vigiliasueño.

Esta última «tiene que ver con los despertares confusionales, se despiertan y no saben si fue una pesadilla», contó Cristina Scavone. «Son niños que demoran mucho en dormirse, o les cuesta mantener el sueño, se despiertan mucho».

También detectaron el «síndrome de piernas inquietas», una patología en la que los niños mueven mucho sus miembros inferiores y no se pueden dormir por una sensación de urgencia de mover las piernas. Se ha visto asociado a un déficit de hierro.

Alerta.

Scavone y Pedemonte coincidieron en que el estudio evidenció un problema. En las casas de más ingresos, la casa está en total movimiento cuando los niños se acuestan. Ellos se van al cuarto pero siguen con la tablet, el teléfono y el joystick, cuestionaron.

Analía, maestra en una escuela pública de Jacinto Vera, narró a El País que las madres de sus alumnos le cuentan que su niño no durmió porque se quedó mirando un video de terror en YouTube y le dio miedo.

En el otro extremo, los más pobres comparten la cama con los hermanos (cuando no con los padres) y tampoco duermen cómoda y silenciosamente.

«Hay que prestar atención al sueño y ayudar a los sectores más desfavorecidos formando a las familias y ayudando a resolver sus situaciones; y a los más favorecidos aclararles que no por aportar estímulos el niño va a dormir mejor», subrayó Scavone.

«Al contrario», enfatizó. «Ir a dormir debe ser un ritual: el niño se tiene que acostumbrar a que hay que irse a dormir a una hora y que a partir de ahí los estímulos paran».

DETALLES DEL TRABAJO

La población estudiada

Incluyeron niños sanos mayores de 2 años y menores de 15 años que concurrieron a control pediátrico durante abril y mayo de 2012 a cuatro consultorios del primer nivel de atención en Montevideo (dos del sistema público y dos del sistema mutual).

Un problema de hábitos

Cuestionan que los niños de los sectores más favorecidos tienen muchos estímulos que no los dejan dormir; mientras los más desfavorecidos comparten su cama con hermanos. Ni unos ni otros tienen hábitos de ir a dormir en una hora concreta.

Efectos muy negativos

El sueño es una función básica y es la actividad a la que más tiempo dedican desde su nacimiento. Los trastornos repercuten en su vida diaria, comportamiento y su capacidad de aprendizaje.

Resultados que preocupan

El 31% el total de niños encuestados (53/169) presentó algún trastorno del sueño. En el sistema público 28% y en el sistema mutual 37%.

http://www.elpais.com.uy/vida-actual/detectaron-cuatro-ninos-trastornos-sueno.html

El Niño: amenazas y oportunidades


Agro – INFORME

Cuando el Pacífico se calienta, hay riesgo para los cultivos de invierno y potencial aliciente para los de verano

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Su llegada se viene anunciando desde hace meses como casi una certeza. Algunos opinan que ya llegó. Los productores de trigo se mantienen cautelosos a la hora de sembrar. ¿Cómo mira la posibilidad de que en los próximos meses se desarrolle el fenómeno de El Niño?, preguntó El Observador Agropecuario a Gabriel Bidegain, presidente de Asociación Uruguaya Pro Siembra Directa (Ausid).

“¡Con terror!”, fue la breve y categórica respuesta.

Cada día que pasa, entre los expertos, se afirma la certeza de que El Niño –que deja lluvias por encima de lo normal en la primavera y el verano de Uruguay– estará instalado, tal vez, a partir de agosto. La única duda es acerca de su magnitud. Pero que El Niño viene, de eso, hay pocas dudas. Por ahora, la preocupación es mucho menor en Uruguay que en los países del Pacífico, donde el fenómeno tiene consecuencias diferentes: inundaciones en unos y sequías en otros (ver nota aparte).

Para Roberto Verdera, gerente del Departamento Técnico de la Cooperativa Agraria Limitada de Mercedes (Calmer), El Niño “ya empezó”. Si bien le da “una importancia relativa a los pronósticos meteorológicos a largo plazo”, reconoce que en Soriano las precipitaciones de este año están más de un 50% por encima de lo normal. “En 40 días de enero y febrero –explicó–, cayeron 600 milímetros. Y a mediados de mayo se llegó a 800, cuando lo normal sería que a fin de año estemos en 1.200 milímetros, cantidad que será superada si seguimos con este ritmo de lluvias. Por eso digo que ya empezó”.

Las causas de El Niño

El fenómeno se origina en un calentamiento de las aguas del océano Pacífico, lo que altera los patrones de los vientos y provoca un rápido desplazamiento del agua hacia el este, o sea hacia la costa occidental de América, y en particular de América del Sur. A mediados de abril, la Organización Meteorológica Mundial (OMM), dependiente de Naciones Unidas, informó que entonces la temperatura del Pacífico estaba en condiciones de “neutralidad”, sin que predominase El Niño o La Niña (este otro fenómeno, con el enfriamiento del agua, origina sequías en la región).

No obstante, la OMM advirtió que “las temperaturas bajo la superficie del Pacífico tropical se han elevado hasta niveles que pueden darse antes del inicio de un episodio de El Niño, mientras que los modelos climáticos estudiados por los expertos de la OMM predicen que continuará el calentamiento progresivo del Pacífico tropical durante los próximos meses. La mayoría de los modelos alcanzan los umbrales de El Niño hacia la mitad del año. Si finalmente se produce un episodio de El Niño, aún es muy pronto para determinar cuál será su intensidad”.

El informe de la OMM agregaba que “desde febrero se han dado dos episodios de vientos fuertes del oeste y un debilitamiento generalizado de los vientos alisios en el Pacífico tropical. Esto ha generado un calentamiento considerable de las aguas bajo la superficie del Pacífico central, lo que históricamente ha sido un precursor de un episodio de El Niño. Aunque no es posible asegurar que esta situación vaya a desembocar en un episodio de El Niño, cuanto más perdure el debilitamiento de los vientos alisios y más tiempo se mantengan cálidas las temperaturas subsuperficiales por encima de la media, más alta es la probabilidad de que se produzca un episodio de El Niño. Los pronósticos de los modelos señalan que existen posibilidades bastante grandes de que se produzca un episodio de El Niño, probablemente hacia el final del segundo trimestre de 2014”. Es decir allí nos acercamos y todo hace suponer que El Niño llegará. ¿Cuán fuerte será?

En sus conclusiones, el informe sostiene que si finalmente este episodio ocurre, es probable que se prolongue hasta fin de año, y que su intensidad no se puede estimar de forma fiable en este momento.

Este último aspecto es contradicho por Wenju Cai, un científico climático australiano que, basado en estudios de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, entiende que El Niño que se avizora “puede ser uno de los más fuertes en varias décadas”. Cai sostuvo a mediados de abril, según informó la agencia Reuters, que “los fenómenos de El Niño fuerte aparecen temprano y hemos visto este evento durante los últimos dos meses, lo que es inusual; el viento que ha causado el calentamiento es bastante grande y existe lo que llamamos los efectos precondicionados, donde para que haya un evento El Niño grande tiene que haber ya bastante calor en el sistema”.

Cai y otros expertos australianos afirman que las posibilidades de que El Niño se instale a mitad de este año son superiores al 70%.

Esta opinión es coincidente con la de Walter Baethgen, agrónomo uruguayo especialista en cambio climático, que es investigador de la universidad estadounidense de Columbia y director del Programa Regional para América Latina y el Caribe del Instituto Internacional de Investigación en Clima y Sociedad. Baethgen dijo en el programa Tiempo de cambio de radio Rural que es temprano para confirmar que llegará el fenómeno de El Niño, pero que las probabilidades son altas, según los modelos  de la mayoría de los servicios meteorológicos. “En este momento –estimó– las probabilidades son de entre 70% y 80%”. El experto sostuvo que, en el caso uruguayo, El Niño puede dejar las lluvias más abundantes en octubre, noviembre y diciembre.

Qué hacer

Bidegain, preocupado, expresó que “El Niño significa un problema para los cultivos de invierno. Si se confirma, seguramente caerá el área sembrada de trigo por temor al fusarium, que es una peste incontrolable y hay pocas herramientas para combatirla. Existen variedades de trigo resistentes, pero tanto ellas como los fungicidas no tienen la eficacia necesaria. El Niño puede ser positivo para los cultivos de verano, pero muy negativo para los de invierno. Y al hacer el balance, se verá que es más lo que se pierde que lo que se gana. No es un dato bueno el de los meteorólogos”.

Verdera, en cambio, tiene una visión algo menos pesimista. Como el técnico de Calmer, estima que El Niño ya hace sentir sus efectos en Uruguay, piensa que hay opciones de manejo y “varios meses para ordenarnos” en espera del último trimestre del año, cuando las lluvias serían más copiosas.

Según Verdera, habrá que reservar para trigo y cebada las áreas con mayor potencial, y no usar las de calidad baja y con malos drenajes. La elección de variedades y el escalonamiento para que no se superpongan y acumulen tareas en las últimas etapas de la campaña de cultivos de invierno será muy importante.

Puede concluirse que las altas temperaturas de las aguas del Pacífico crean un clima de incertidumbre, cuando no de temor, en la agricultura uruguaya.

Pronóstico

El meteorólogo argentino Eduardo Sierra, quien asesora a la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, opina que el invierno tendrá frío al comienzo, que luego se volverá más amigable en términos de temperatura y que, efectivamente, es altamente probable que las lluvias se instalen en la primavera.

“El frío llegó con atraso, casi en la cuarta semana de mayo, el frío se concentró en la zona polar y ahora llega con mucha fuerza”, dijo.

Dada la llegada de El Niño, puede suceder que el final del invierno no sea tan frío, que el calentamiento modere las temperaturas sin problemas de heladas tardías en primavera.

Las lluvias excesivas son un riesgo. “El otoño ya ha sido muy lluvioso y ha dejado campos anegados. A partir de mediados de julio, podrían llegar lluvias sobre el sur de Brasil, Uruguay y provincia de Buenos Aires. El riesgo de lluvias torrenciales está”, advirtió.

Con efectos diferentes

En Argentina, Paraguay, sur de Brasil y Uruguay dominan las precipitaciones copiosas, pero en el norte brasileño suelen registrarse sequías. A nivel global, El Niño es cambio de la circulación atmosférica, calentamiento del planeta y aumento de la temperatura de las aguas costeras, afectación de especies animales y vegetales –a las que les cuesta sobrevivir–, y empuje de las enfermedades tropicales, como el cólera.

En el sureste asiático, Oceanía y regiones de América del Sur se registran sequías, enfriamiento de los mares, baja formación de nubes y alta presión atmosférica. Los australianos ya temen por su trigo, aunque por ahora está en excelentes condiciones.

En la mayor parte de América del Sur y América Central se producen lluvias intensas, calentamiento de la corriente de Humboldt, pérdidas en el sector pesquero, grandes formaciones nubosas y baja presión atmosférica.

En Colombia se teme que El Niño aporte una severa sequía que repercutirá en diversos cultivos y en la producción de electricidad. Los economistas colombianos prevén empujes inflacionarios por encarecimiento de los alimentos y de la energía. Iguales riesgos corre Venezuela, donde hay fuertes campañas para el ahorro de agua y de electricidad. La extensión de México facilita manifestaciones contradictorias: abundantes lluvias en las costas y sequías en el centro.

http://www.elobservador.com.uy/noticia/279665/el-nino-amenazas-y-oportunidades/

Campaña en dos mil escuelas para que niños cuiden datos por Internet


DIRECCIONES, HORARIOS, COSTUMBRES

Será para niños de sexto de escuela de todos los centros educativos.

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Los niños son quienes están más expuestos a la mala utilización de sus datos personales por su uso intensivo de internet, de redes sociales, de su conexión a través de celulares. Simplemente entrando a Facebook y con la costumbre de publicar allí su vida cotidiana, pude ser muy fácil saber paso a paso los hábitos de alguien, enterarse de cuándo el niño está solo en la casa, de sus horarios, adónde concurre, los horarios de sus padres, etc..

Por esta razón la Unidad Reguladora y de Control de Datos Personales (Urcdp), con el fin de sensibilizar y capacitar a niños y jóvenes, lanzó el concurso: “Cómo explicás qué son los datos personales”. Se realizará con alumnos de sexto año de todas las escuelas públicas y privadas del país, y alcanzará a casi dos mil centros educativos. “Se trata de hacer pensar a los niños sobre sus datos personales: teléfono, fotos, videos personales.

Preguntamos: ¿a quién se los darías? Buscamos que el niño tenga discernimiento y esté atado al ¿para qué me piden los datos? Que el niño también pueda discernir esto. Por ello el slogan de la campaña es: “Tus datos valen. Cuidalos”, explicó a LA REPÚBLICA Federico Monteverde, director de la Unidad de Protección de Datos Personales.

“Estas precauciones se adquieren mejor desde niño. Además haremos un concurso porque se mandará material a todas las escuelas para que cada clase elabore un afiche difundiendo algo relativo a la campaña y por qué es importante cuidar los datos. La idea es involucrar a niños, docentes y familias”, indicó Monteverde. Hasta el 20 de noviembre hay tiempo para presentar el afiche tanto en papel como en soporte digital.

Buenos consejos para cuidarse

– El nombre de usuario no debe proveer información que delate las características personales del usuario tales como nombre o edad.

– Recordar siempre cerrar la sesión en Internet, ya sea de correo electrónico, redes sociales, de mensajería, etc.

– Luego de usar el navegador web, eliminar los archivos recientes (caché) de las imágenes y contenidos que fueron visitados. El navegador almacena todas las páginas a las que la persona entró, se recomienda borrar el historial o desactivar la opción de almacenado para evitar que la información sea vista por otros.

– Navegar y bajar contenidos únicamente de sitios de confianza

– No confiar en desconocidos, aun cuando supongan que mantienen el anonimato. Rechazar videoconferencias, envío de información o fotos, descarga de archivos y, por supuesto, encuentros personales.

– Publicar datos o imágenes de la zona donde se habita, dirección, teléfono, puede implicar grandes riesgos de seguridad.

http://www.republica.com.uy

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