Daniel Olesker rechazó varios “mitos” con los que se juzga el trabajo social del gobierno del FA.
El ministro de Desarrollo Social, Daniel Okesker, rechazó de plano las afirmaciones de quienes dicen “que los pobres no trabajan” y que todo lo que se paga en impuestos va para este sector social. “Si sumo la asignación familiar, la tarjeta Uruguay Social y la Asistencia a la Vejez, que son las tres asignaciones típicas, llego a gastar en un año 5.000 millones de pesos, es el 0,5% del PBI y el 1,66 del gasto público uruguayo. O sea que nadie paga sus impuestos para que esto se gaste en las tarjetas”, recalcó.
Descartó también la creencia de que la política social se enfrente con la política económica en el gobierno frenteamplista, ya que entre 2004 y 2012 “se duplicó el gasto social”.
Aseguró que se ha logrado llevar adelante una verdadera reforma del Estado y una demostración de gestión pública eficiente “al visitar 80 mil hogares del país en 15 meses, un promedio de 8 visitas por día, y se logró reformular el índice de carencias críticas”, lo que permite asegurar “que hoy la tarjeta Uruguay Social está perfectamente focalizada”.
¿Qué distingue a la política social del FA de los anteriores gobiernos?
Dos cosas. La primera es que la política social se enfoca desde el lado de las reformas de acceso universal. La reforma de salud que modificó el sistema de salud drásticamente, la del sistema educativo que cambió la manera de organizar la educación. La reforma laboral que reprodujo los Consejos de Salarios, que cómo habrán sido de buenos que hoy ni Bordaberry ni Lacalle Pou dicen que van a volver al pasado cuando no se los convocaba.
En el período anterior se aprobaron 28 leyes de derechos laborales y la reforma de la red de protección social, en particular de la introducción de la asignación universal por hijo, que antes del FA estaba orientada solo a los hijos de los que trabajaban. Como si esta asignación fuera un derecho del padre o la madre y no del niño.
Esas 4 reformas a las que hay que sumar otra de carácter económico pero de alto impacto social, que fue la tributaria que redujo de manera sustantiva los impuestos a los sectores de menores ingresos.
Pobreza de 40 a 12%, indigencia de 4,5 a 0,5, el índice que mide la desigualdad de 0,45 a 0,38 entre 2004 y 2012. El desempleo bajó de 13,7 a 6,1 y los salarios reales que mejoraron un 4º% en estos años, donde el salario mínimo creció un 250% y los salarios, por ejemplo, de la vestimenta 70%, servicio doméstico 120%.
Cuando asumimos el salario mínimo cabía 6 veces en el salario medio, gran brecha. Hoy cabe 3 veces.
¿Es cierto que la política social se enfrenta a la política económica?
Todo lo logrado hasta ahora se acompañó de una política de gasto público social. Esto es importante para los que creen que la política social se enfrenta con la política económica en el gobierno frenteamplista. Se duplicó el gasto social entre 2004 y 2012.
Si tomamos 5 rubros, educación, salud, ASSE, asignaciones familiares y el gasto en INAU. Los sumo y a peso de hoy se gastaba en 1998, 30 mil millones de pesos; en la crisis del 2002 se mantuvo ese presupuesto. Hoy gastamos 70 mil millones de pesos. De ellos se llevan 50 mil ANEP y ASSE.
Mucha gente piensa que sus impuestos van solo para los pobres
Hay dos cosas que en la calle se dicen. Una es que los pobres no trabajan y otro es que yo pago mis impuestos y se lo dan todo a los pobres y a mí no me dan nada. Los sectores formales mejoraron notablemente sus salarios y hoy tienen salud para toda su familia y los sectores medios y bajos fueron de los más beneficiados.
Si sumo la asignación familiar, la tarjeta Uruguay Social y la asistencia a la vejez, que son las tres asignaciones típicas, llego a gastar en un año 5.000 millones de pesos, es el 0,5% del PBI y el 1,66 del gasto público uruguayo. O sea que nadie paga sus impuestos para que esto se gaste en las tarjetas.
Si yo gano 20 mil pesos es el 1,66%, o sea, $ 320 van para las transferencias monetarias y el resto para salud, educación, vivienda, seguridad y Policía.
¿Qué es lo que se hizo con la tarjeta Uruguay Social?
Hay 8 cosas que definen lo que hicimos. En primer lugar visitamos 80 mil hogares del país en 15 meses, un promedio de 8 visitas por día. La mitad de ellas significó modificar la situación de la persona ya sea porque no tenía la tarjeta o porque se la sacamos porque su situación había mejorado. Se reformuló el índice de carencias críticas con el que se calculaba la prestación y hoy podemos asegurar que la tarjeta está perfectamente focalizada.
Las tarjetas son 1.200 millones de pesos, el trabajo de focalización que nos permitió llegar incluso a lugares muy lejanos nos costó 35 millones, es decir, que con el 3% de lo que gastamos lo refocalizamos. Esto es reforma del Estado, es gestión pública eficiente.
Se logró mejorar la prestación con la eliminación del IVA para la canasta. Y se eliminó la restricción que establecía que para tener tarjeta había que tener hijos menores de 18 años. Además decidimos trabajar en un colectivo altamente vulnerable al que se le otorgó tarjeta, que es el colectivo trans.
Hoy estamos en 60 mil tarjetas porque cada vez menos gente la necesita, pero sin embargo el segmento de pobreza más dura era muy difícil de resolver. Entonces en lugar de reducir el monto de la transferencia, se resolvió que todo lo que se ahorre sirva para aumentar la prestación en el núcleo más duro de 30 mil hogares. En ellos se duplicó el valor. Ya llevamos 26 mil otorgadas dobles y hasta fin de año llegaremos a las 30 mil.
Finalmente hace pocos días, al detectar dificultades de acceso a la compra de los alimentos, ya sea por problemas geográficos o porque los comerciantes se aprovechaban de cierto monopolio, decidimos agregarle a la tarjeta el monto del pasaje ida y vuelta a la ciudad más cercana. Y eliminar la restricción que impedía que los grandes supermercados no podían adherirse a los comercios solidarios.
Lo último que hicimos es definir un monto de las tarjetas para atender situaciones especiales. Nos pasó cuando los trabajadores quedaron sin trabajo por una mala zafra de la naranja, ahora la duplicamos para los perjudicados por las inundaciones en el Interior o en los casos en que se encuentra alguna otra situación crítica.
Informe País 2013 detalla avances en reducción de mortalidad infantil
Cayó 11 puntos porcentuales entre 1990 y 2012, con valores que pasaron respectivamente de 20,4 a 9,3 por mil nacidos vivos. El objetivo nacional en Objetivos del Milenio es llegar a 6,8 por mil. La directora de Salud del MSP, Marlene Sica, destacó que hay que mantener la tendencia decreciente pero aumentando el ritmo.
La directora Marlene Sica participó en la presentación del Informe País Uruguay 2013 de los Objetivos de Desarrollo del Milenio realizada el jueves 17 de octubre en la Sala de Prensa de la Torre Ejecutiva. En la oportunidad destacó que las metas nacionales contenidas en los objetivos del milenio “son bien exigentes”. Y agregó que, en lo que refiere a la mortalidad infantil, son claramente notorios los avances del país.
En referencia a la mortalidad infantil, señaló que hay que mantener la tendencia decreciente pero es necesario aumentar el ritmo de reducción. “Hay que resolver la infantilización de la pobreza y mejorar la captación precoz y el control del embarazo”.
Tasa: 8,6 por mil
El documento señala que en los últimos años el registro incluye a nacidos vivos menores de 500 gramos. Si no se consideran estos últimos, se observa que la tasa de mortalidad infantil ajustada ha sido, en 2012, de 8,6 por mil.
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