Cuando Clarissa Solari se presenta dice que tiene 35 años «de edad y con diabetes», porque cuando tenía solo nueve meses le diagnosticaron la enfermedad y es insulinodependiente. Esto quiere decir que para salir a correr, antes de ponerse los championes y el equipo, debe esperar a que la glucemia se lo permita, cargar los alimentos necesarios por si le pasa algo y avisarle a alguna persona que va a salir, por si no vuelve.
Esa misma situación la viven más de 30 mil uruguayos que tienen diabetes y dependen de inyectarse insulina para sobrevivir porque su propio cuerpo no la produce. No pueden curarse ni tampoco evitar padecer esta condición. Pero esa cantidad es solo 10% de las personas con diabetes, porque el resto de los uruguayos que padecen esa enfermedad crónica podrían haberla evitado con alimentación sana y la realización de ejercicio.
El sedentarismo, la dieta no saludable, el sobrepeso y la historia familiar son los principales factores de riesgo que favorecen la aparición de esa condición.
La diabetes es una enfermedad crónica no transmisible –la cuarta causa de muerte en el mundo– que afecta a más de 300 mil uruguayos. Más de 40% –unos 120 mil– no fueron diagnosticados. Eso se debe a que hay un tipo de diabetes –la 2– que se manifiesta de modo silencioso y pueden pasar años hasta que sea diagnosticada.
«Estamos muy mal. No existe un registro nacional de personas con diabetes y es un problema mundial del que sabemos que no viene en disminución, sino en incremento», dijo a El Observador Javier González, gerente general de la Asociación de Diabéticos del Uruguay (ADU).
En ese sentido, la organización prepara el lanzamiento de tarjetas de identificación para las personas diabéticas, que fueron presentadas al Ministerio de Salud Pública (MSP) y buscan crear un «primer milímetro» de la gráfica de lo que después sea un registro nacional. «Para aplicar políticas en salud en las enfermedades crónicas se debe tener un diagnóstico claro de cómo se aplica a la población: a quién, qué hace, cómo lo hace, dónde vive», dijo González.
El director general de Salud del Ministerio de Salud Pública (MSP), Jorge Quian, aseguró a El Observador que «lo ideal es tener identificación para que se sepa que son diabéticos. Vamos a tener insumos a través de ADU, los prestadores tienen registrados a quienes son diabéticos, pero hay muchos que no están diagnosticados».
La diabetes es una enfermedad crónica denominada universal, porque afecta a todas las edades, a personas de ambos sexos, de todos los niveles socioeconómicos. «Está en todos lados. Es un problema mundial que tiene como principales problemas la mala alimentación, el sedentarismo de la sociedad nueva, el estar hiperestresados, la obesidad –incluso en niños–. En ese rompecabezas la gente no logra encajar la ficha de la diabetes», indicó González.
Se estima que entre 8% y 10% de la población mundial es diabética, pero es un porcentaje que crece y la Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que para 2040 esa cantidad se habrá duplicado si no se realizan acciones. El MSP se propuso como uno de los objetivos sanitarios del quinquenio la disminución de las complicaciones crónicas de diabetes y la captación precoz de la enfermedad. Quian aseguró que están realizando acciones para estimular la actividad física y la alimentación saludable. El 30% de los alimentos que se consumen son embutidos, snaks y refrescos azucarados y la mala alimentación es uno de los factores de riesgo.