EPIDEMIA DEL SIGLO. ACTIVIDAD FÍSICA MODERADA Y UNA ALIMENTACIÓN SALUDABLE SON FUNDAMENTALES PARA COMBATIR ESTA ENFERMEDAD
Por: Marcelo Hernández
Obesidad significa tener un exceso de grasa en el cuerpo. Se diferencia del sobrepeso, que significa pesar demasiado. El peso puede ser resultado de la masa muscular, los huesos, la grasa y/o el agua en el cuerpo.
Ambos términos significan que el peso de una persona es mayor de lo que se considera saludable según su estatura.
La obesidad se presenta con el transcurso del tiempo, cuando se ingieren más calorías que aquellas que consume. El equilibrio entre la ingestión de calorías y las calorías que se pierden es diferente en cada persona. Entre los factores que pueden afectar su peso se incluyen la constitución genética, el exceso de comida, el consumo de alimentos ricos en grasas y la falta de actividad física.
Ser obeso aumenta el riesgo de padecer diabetes, enfermedades cardiacas, derrames cerebrales, artritis y ciertos cánceres.
La obesidad, si bien a nivel internacional no es considerada una enfermedad en sí misma, requiere asumir esa condición e incorporar un plan de vida saludable.
En Uruguay más de la mitad de los adultos presentan exceso de peso por aumento de la grasa corporal, por eso bajar entre 5 y 10% del peso traerá beneficios para su salud.
Conseguir y mantener en el tiempo un peso saludable contribuirá al bienestar general y a proteger el corazón. Pequeñas reducciones en el peso ya son beneficiosas. Un programa de alimentación y actividad física personalizado, guiado por un profesional que contemple la situación individual es lo mejor para bajar de peso.
Otro de los aspectos a considerar es el perímetro de la cintura, ya que si la grasa está ubicada en el abdomen y tronco se asocia con mayor riesgo de diabetes y enfermedad cardiovascular.
Por eso se usa también el perímetro de la cintura como indicador. La mujer debe medir menos de 80 cm, hombre menos de 94 cm.
para revertir esa situación, es necesario implementar un plan saludable, el cual para ser efectivo debe ser personalizado y constante. No alcanza con una dieta para adelgazar a corto plazo. Es importante hacer los cambios paso a paso y fijar metas realizables, que se mantengan. Hay que consumir más alimentos naturales y menos alimentos industrializados o envasados.
Además hay que planificar y hacer al menos 3 ó 4 comidas al día, con porciones ajustadas a vajilla pequeña. También es importante comer al menos 3 porciones generosas de vegetales al día.
Al menos 30 minutos diarios de ejercicio hacen la diferencia. Una forma fácil de ejercitarse es usar las escaleras. Y se recomienda asistir a grupos en donde practicar algún ejercicio.
Hay que considerar llevar registro de las comidas, de las actividades y de las metas cumplidas, lo que ayuda a consolidar los logros y a avanzar. La adhesión a los nuevos hábitos hará posible mantener el peso bajado.
“Es preocupante”
Acerca de esta temática, y la situación de la misma en nuestro país, el doctor Mario Zelarayán, presidente de la Comisión Honoraria de Salud Cardiovascular (Chscv), dijo a LA REPÚBLICA que “es preocupante por varios motivos, principalmente por la incidencia de la misma en nuestra población”.
Además, por “la gran inequidad que hay en el tema, a menor recurso económico, mayor obesidad”, agregando que tampoco “hay planes para resolver esto en lo inmediato”.
Con relación a la situación de nuestro país, el experto indicó que “estamos en el medio, hay países que están mejor y otros peor”.
Enfatizó con que “no hay programas nacionales para combate a la obesidad, cuando la evidencia científica es grande, pero los proyectos son pocos y los programas casi nulos”.
Otro aspecto que destacó es que “a nivel internacional se da el debate si es patología o no, lo que significaría que el abordaje fuera médico y no desde otros ámbitos”.
Al ser consultado sobre por qué no se la toma como una enfermedad, explicó que esto se da “debido a que la comunidad internacional dice que el abordaje debe ser integral. Hoy la persona obesa debe ser atendida por un equipo multidisciplinario, lo cual no es efectivo, pero si fuera tratada como patología, el diagnóstico sería más fácil de tratar, tanto medicamentoso o quirúrgicamente”.
Remarcó Zelarayán que “las sociedades son obesógenas, ya que promueven los hábitos que la provocan, la cultivan, la propenden, a través del sedentarismo, de alimentos multiprocesados, poco energéticos y nutritivos, con incentivo a mirar televisión. Si se toma de esa forma, nunca se va a solucionar el sistema”.
En cambio, si se trata como una enfermedad, “el médico puede resolverle el problema al individuo que tiene delante suyo, porque si lo aborda de la manera que se pretende hoy, en ese lapso, van a surgir 5 o 6 obesos más. En Uruguay hay un 65% de sobrepeso y obesidad, de esos el 24% son obesos y el resto tiene sobrepeso”.
Añadió el titular de la Chscv que “es una pandemia. La sociedad está perdiendo con este problema. Las encuestas dan que el índice de la obesidad crece constantemente, estamos muriendo con los ojos abiertos. La obesidad es una enfermedad en sí misma, pero genera factores de comorbimortalidad, como la diabetes, la hipertensión, etc.”, puntualizó.
Zelarayán fue más allá, al aseverar que “los efectores sanitarios, o sea las mutualistas, que dicen que no sumen otra enfermedad, pero hay que tomarla, por eso son centros de salud. Y si no llegamos a la esquizofrenia de las políticas sanitarias, donde el fondo nacional de recursos no trata a los obesos mórbidos, que tienen riesgo inminente de vida, al FNR se le va a presentar el problema de tener que darle tratamientos a estas personas, los que son extremadamente caros aunque efectivos. La sociedad va a presionar para que se le de tratamiento. No se hace nada para la prevención y por eso vamos en ese camino de tener que gastar mucho dinero en resolver esos problemas, cuando si lo previniéramos, nos saldría más barato como sociedad”.
Uno de los aspectos más preocupante en nuestra sociedad es el alto índice de consumo de bebidas azucaradas, que provoca obesidad. Eso está estipulado a nivel internacional, que cuando más se consumen este tipo de bebidas, la prevalencia de la obesidad crece. Eso pasa en México y Uruguay”.
Puso como ejemplo que en EEUU se trató de establecer que se vendieran en las escuelas bebidas de botellas más chicas, como de 300 ml en vez de 600, y “marchó como en la guerra”, acotó.
Remarcó que “la culpa no es solo de las bebidas azucaradas, sino los alfajores, los snacks y similares, que tiene mucha azúcar, sal y grasas”.
Concluyó que “la mala alimentación se da más en las familias de escasos recursos, que tiene más hijos y son más permeables a las propagandas de estos productos al tener menos educación y capacidad de discernir”.
A moverse
Por su parte, la médica deportóloga Cecilia Del Campo comenzó afirmando que la obesidad “es una de las epidemias del siglo”, agregando que “los problemas de mal nutrición son por excesos o carencia”.
“Si bien no es considerado una enfermedad, genera un gran riesgo cardiovascular, y las personas pueden morirse”, enfatizó la experta.
Como efectiva solución, la experta refrendó que “estar activos genera menos posibilidad de morirse a una persona, más allá de si tiene sobrepeso o es obesa. Hay que tener la máquina en movimiento. Eso te mantiene protegido de tener un desenlace fatal. Se pueden llevar unos kilos de más en la mochila, pero si está en movimiento no hay problemas”.
Añadió que “el sedentarismo y muy poca actividad física, y el cuerpo piensa que necesita poca energía, y si se come un poco de mas, el cuerpo lo guarda”.
“La actividad física contribuye para disminuir la incidencia, para bajar y mantener el peso. Contribuye a tener un estado de no sedentarismo”, pero aclaró que “hay que ir progresivamente, de a poco, subir de a un escalón, que subir dos y bajar tres”.
Remarcó que “la gente que se desespera en setiembre y octubre, somete al aparato motor, le duelen las caderas y las rodillas. Lo mejor es hacer actividad física y ejercicio todo el año. Incluirlo a la rutina, es lo mejor. Optar por la escalera, caminar, no es solo ir al gimnasio, Y no hay excusas, ya que personas que nunca hicieron nada, si la incorporan normalmente en su rutina, se igualan a las personas que hicieron deporte toda la vida y dejaron. En 4 a 12 semanas hay respuestas y beneficios”.
Concluyó Del Campo “si sós obeso, empezá a moverte, y los beneficios van a parecer”.
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