EDUCACIÓN
El centro de estudios da prioridad a quienes están en programas sociales por encima del resto de los estudiantes
Desde hace algunos años las filas interminables de padres y alumnos durante horas y días para lograr un cupo de inscripción en UTU son una de las postales clásicas de diciembre.
La semana pasada varios padres y madres acamparon durante más de dos días a las afueras del centro de Piedras Blancas para conseguir un lugar para sus hijos en el Ciclo Básico Tecnológico que ofrece la institución, una de las ofertas más demandadas, según explicó a El Observador el director general del Consejo de Educación Técnica Profesional (CETP), Eduardo Davyt.
Aquel día las autoridades del centro comunicaron a los padres que los lugares disponibles eran 95, repartidos entre 45 estudiantes en la mañana y 50 en la tarde.
Como todos los años, la situación generó desazón y frustración en muchos padres que temían por el futuro educativo de sus hijos, ya que estos querían cursar el Ciclo Básico Tecnológico de la UTU y no el Ciclo Básico de Secundaria. Si no conseguían lugar en UTU, corrían riesgo de desvincularse del sistema educativo.
Sin embargo, fuentes de la enseñanza informaron a El Observador que en ese centro, como en muchos otros de la UTU, los cupos para Ciclo Básico ascienden a 130, y no a 95 como les informaron a los padres. Ello se explica porque días antes de comenzar las inscripciones llega desde el CETP “una orden de anotar jóvenes por convenio antes de repartir los números”.
Según se explicó, el mandato no se consulta con las autoridades de los distintos centros, que se deben limitar a anotar con prioridad la lista de nombres que le llegan.
Estos jóvenes provienen de diversos programas interinstitucionales, como Aulas Comunitarias, Jóvenes en Red y Tránsito Educativo, que tienen como objetivo apoyar a jóvenes en riesgo de desvinculación del sistema educativo.
Las fuentes relataron, incluso, el caso de un centro al cual la lista para priorizar la incripción a 30 de esos estudiantes llegó cuando los padres ya hacía días que realizaban fila fuera del local. La situación indignó al director, que se negó a inscribirlos: “¿Con qué cara les digo a los padres que hay menos lugares? ¿Quieren que me maten?”, preguntó.
Asegurarlos en el sistema
La consejera del CETP, Rita Ferrari, confirmó a El Observador la existencia de esa práctica y afirmó que su objetivo es asegurar que esos jóvenes –que corren riesgo de desvinculación– no abandonen el sistema educativo.
“Es enfatizar una articulación dentro del sistema educativo para que acciones que desde el mismo sistema se están implementando, luego no queden discontinuadas (cuando los alumnos pasan a Ciclo Básico) porque el propio sistema educativo no da el lugar para que se continúen”, explicó.
Agregó que los alumnos de esos programas se distribuyen en liceos o centros de UTU, según sus intereses. “No es un público selecto. Forman parte de los jóvenes que están siendo atendidos por el propio sistema educativo”, remarcó.
Consultada sobre si esa práctica no perjudica a aquellos alumnos que no participan de ninguno de los programas, Ferrari subrayó que está lejos de eso.
“Es una acción de inclusión o de no pérdida de los que están ya en el sistema educativo. Estos jóvenes necesitan una atención especial”, manifestó.
Ferrari no pudo dar cifras de cuántos alumnos se benefician de esas listas y tampoco de cuántos jóvenes quedaron este año sin inscribirse en Ciclo Básico de UTU. Adelantó que esas cifras estarán prontas a partir del 30 de diciembre, cuando terminen las inscripciones.
No obstante, aseguró que la cantidad de adolescentes que llegan a la institución provenientes de esos programas “no es significativa dentro del universo de jóvenes que quieren inscribirse” en la institución. Ellos no son la razón por la cual otros se quedan sin lugar, agregó.
Más allá de eso, la consejera indicó que aquellos alumnos que no consiguieron lugar en la UTU, no tienen por qué quedar fuera del sistema. “Ellos tienen su lugar en Secundaria, no los dejamos afuera”.
Sobre aquellos adolescentes que no quieren concurrir a un liceo de Secundaria, la jerarca señaló que desde el CETP se está trabajando para darles una solución. “Se trata de un cambio de matriz (en el sistema educativo) que requiere decisiones a otro nivel”, manifestó.
Los jóvenes cada vez más quieren ir al Ciclo Básico Tecnológico de UTU y desechan la posibilidad de concurrir a un liceo de Secundaria, según las estadísticas oficiales.
Dos centros nuevos en 2015
Rita Ferrari, del CETP, adelantó que en 2015 la UTU abrirá dos nuevos centros en el oeste de Montevideo. Uno de ellos se ubicará en Rincón del Cerro y otro en Santa Catalina. Manifestó que este último contará con una capacidad para entre 700 y 800 alumnos de diversos cursos. Y agregó que muchos adolescentes que quedaron en la lista de espera del centro de UTU del Cerro –lugar donde estos días se verificó la cola más larga para inscripciones– serán trasladados para allí. “Eso hace que de alguna manera estemos atendiendo la situación”, subrayó. Para hacer frente a la alta demanda que está teniendo la UTU, el CETP también analiza el presupuesto que se deberá solicitar para el próximo quinquenio.