DISPOSITIVOS DE BASE COMUNITARIA REFUERZAN LAS POLÍTICAS SOCIALES EN POBLACIONES VULNERABLES
Los dispositivos de base comunitaria tienen varias modalidades, entre las que se encuentran los centros de escucha, equipos de proximidad y puntos de encuentro. Los mismos pretenden favorecer la ampliación de la oferta local a la medida de las necesidades y recursos de cada territorio, apuntando todos a lo mismo, que es la construcción de un sostén social que combata la vulnerabilidad de los usuarios con consumo problemático de drogas, según informaron a LA REPÚBLICA fuentes de la Junta Nacional de Drogas (JND).
Estrategia de cercanía
Si bien los seis dispositivos disponibles en Montevideo adoptan distintas modalidades, el objetivo es el mismo: llegar a la población más vulnerable con consumo problemático de drogas y difícil acceso al sistema de salud, para ayudar a su inserción en la comunidad desde el reconocimiento de sus derechos como ciudadano.
Para los técnicos de la JND, el enfoque local favorece una mejor respuesta de las ofertas sociosanitarias y un mayor compromiso de técnicos y vecinos en el abordaje del uso problemático de drogas.
A partir del año 2010, la JND comenzó a definir acciones de intervención territorial en drogas, con la articulación de actores y la conformación de redes locales, definiendo en algunos enclaves una agenda de trabajo conjunto interinstitucional y comunitario.
En ese contexto, se conformó un equipo interinstitucional, con participación de ASSE, el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), la Policía Comunitaria, las Intendencias de Montevideo y Canelones, la Facultad de Psicología y Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) que dieron sustentabilidad a este proceso.
Actualmente funcionan distintos dispositivos en diferentes modalidades: Policlínica La Teja Barrial, un dispositivo de orientación, asesoramiento, diagnóstico y derivación ambulatorio diurno que funciona en Carlos Tellier 4442 y atiende en diferentes horarios durante toda la semana; el Centro de Escucha de Carrasco Norte, también un dispositivo de orientación, asesoramiento y diagnóstico ambulatorio, que opera como equipo de proximidad en Av. Bolivia 2591, de lunes a viernes en diferentes horarios.
Otra opción de base comunitaria es el Punto de Encuentro de Punta de Rieles, un dispositivo con las mismas características que los anteriores que trabaja en el kilómetro 14 de Camino Maldonado los jueves de 14 a 19 horas.
El Punto de Encuentro “Lagarto San Antonio” de Malvín Norte, en Hipólito Irigoyen e Iguá, trabaja los viernes de 11 a 14 horas a lo que se agregan otros días y horarios móviles para el acompañamiento de situaciones puntuales.
“El Achique” de Casavalle, un centro de escucha, de acogida, equipo de proximidad, ambulatorio y diurno que tiene atiende en Manual Meléndez 4447 de lunes y viernes de 9 a 17 horas.
El dispositivo comunitario “Vista Linda”, un centro ambulatorio, centro de escucha e inserción social que funciona en José de la Riera en Canelones, el Centro de Información y Escucha CCZ3 en Estación Goes funciona los miércoles de 18.30 a 20.30 horas al tiempo que el programa Aleros, trabaja en distintos barrios capitalinos de la zona oeste y este.
El objetivo de la JND es que estos dispositivos sean replicados en el interior del país asociados a la creación de un centro Ciudadela en cada departamento, adelantó Andrea Toyos, del Departamento de Atención y Tratamiento de la JND.
La técnica confirmó que, en total, estos dispositivos atienden a unas 500 personas al año y que un número significativo de ellos logra su inserción social y laboral.
Trabajo de cercanía
Los equipos de los dispositivos se integran con técnicos de diferentes instituciones públicas, agentes comunitarios capacitados, usuarios y familiares, que realizan acciones de diagnóstico, derivación y tratamiento, al tiempo que buscan que las intervenciones mejoren la accesibilidad de las personas a las ofertas en el segundo y tercer nivel.
Operan desde la perspectiva de derechos humanos e inclusión social, basados en acciones de enganche producidas con los propios usuarios y la movilización comunitaria, en los ejes de atención, tratamiento, derivación, acompañamiento, educación y trabajo.
Actualmente los dispositivos atienden a las poblaciones más vulnerables, que por su propia condición vital, quedan excluidos de otras propuestas de atención sanitaria.
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