Alberto Kornblihtt: Científico argentino
Alberto Kornblihtt es un biólogo molecular argentino, doctor en Ciencias Químicas y licenciado en Ciencias Biológicas.
Se desempeña como investigador superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas y docente universitario en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. En estrecho vínculo con la comunidad académica uruguaya recientemente visitó Uruguay y ofreció un curso en el Instituto Pasteur de Montevideo. A su paso por la capital, dialogó con El País sobre uno de sus temas de investigación que mereció una publicación en la revista Science y también sobre en qué medida la ciencia es capaz de dar respuesta a los problemas que más aquejan a la humanidad como es el caso del cáncer. Compartimos un fragmento de la charla mantenida días atrás.
-Uno de los temas por los que lo han destacado ha sido el concepto de «splicing alternativo», un proceso que se ha vinculado con enfermedades como el cáncer, ¿podría contarnos de qué se trata?
-Claro, cada una de nuestras células tiene unos 23.000 genes. Hasta la década del 80 se suponía que cada gen daba la orden para crear un solo tipo de proteínas. Pero luego se descubrió que puede dar la orden para distintos tipos, a veces cientos de variantes.
-¿Y qué es lo que se conoce como «splicing alternativo»?
-«Splicing alternativo» viene a ser la regulación de ese proceso. Se ha descubierto que cuando hay mutaciones que hacen fallar este proceso, sobrevienen enfermedades. Hay patologías hereditarias y cánceres que son causados por alteraciones en el «splicing alternativo».
-¿Evitar que se altere puede tener consecuencias positivas?
-Es complejo, pero una de las cosas que estudiamos es que si tomamos sol y la radiación ultravioleta daña nuestro ADN, el «splicing alternativo» de las células de la piel quizás haga que una célula que fue dañada, en lugar de dividirse y convertirse en un tumor, vaya en un camino de muerte. Porque si la célula dañada muere no se expande el tumor, eso se regula por el «splincing alternativo».
-¿Podría ser aplicado en un tratamiento?
-Hay muchos científicos que trabajan en ello pero hay que tener en cuenta que no se podrían tratar enfermedades si no se tuviera un conocimiento básico de los mecanismos cómo funcionan las células. Eso es lo que nosotros estudiamos en Argentina, cómo funcionan las células en condiciones normales, y en condiciones alteradas.
-¿Pero puede ser un camino para encontrar una eventual cura contra el cáncer, o contra algún tipo de cáncer?
-Lo que sucede es que el cáncer es una consecuencia directa de la selección natural.
-¿Qué significa eso?
-Nuestras células tienen genes y nuestros genes pueden mutar, cambiar. Cuando vos tomás sol la radiación ultravioleta muta algunos genes de las células de la piel; hay 23.000 genes para mutar pero al azar muta cualquiera.
-¿La selección natural hace que sobreviva la única que muta?
-No la que muta sino la que deja más descendencia. Suponete que muta un gen que hace que la célula muera, no pasa nada, es irrelevante. Si muta un gen que no transforma la célula y la deja seguir bien, tampoco lo vemos. ¿Qué es lo que ves? Si muta un gen que hace que esa célula deje más descendientes.
-La mutación que da lugar al cáncer…
-Claro, se ve la mutación que hace que la célula se divida y deje más y más descendientes y eso es un tumor. O sea, la selección natural, en la evolución de la vida sobre la tierra simplemente lo que hace es que en un ambiente dado se seleccionen aquellas mutaciones genéticas que dejen más descendientes. Ese es el principio fundamental. Es simplemente un éxito reproductivo.
-¿No hay cómo evitarlo?
-Se puede prevenir claro, pero si cada tanto en nuestro organismo aparecen mutaciones causadas por el ambiente, la luz, la alimentación o lo que sea, y esas mutaciones hacen que esa célula deje más descendientes, se formará un tumor. O sea, la existencia del cáncer es casi intrínseca a la existencia de nuestras células.
-¿La ciencia no tiene nada que hacer?
-No digo eso, lo que la ciencia y la medicina van a hacer es minimizar los efectos de esta enfermedad, o estas enfermedades. Lo que va a ocurrir es que cada vez va a haber detecciones más tempranas, herramientas que eliminen el tumor antes de que haga metástasis y terapias que eliminen el tumor una vez que está detectado o conviertan al cáncer en una enfermedad crónica.
-Pero no eliminarla del todo…
-La ciencia no va a erradicar nunca al cáncer, porque viene con nosotros. El hecho de que una mutación pueda dejar más descendientes y ser seleccionada frente a otras es un hecho intrínseco a las características de nuestro organismo y la genética.
-No es muy alentador…
-Bueno, lo que pasa es que el progreso de la ciencia va acompañado de otra cosa. Las condiciones de vida de la humanidad han mejorado globalmente de manera tal que la esperanza de vida es mayor. Entonces, la gente llega a edades más avanzadas que antes no llegaba.
– ¿Pero eso es algo negativo?
No en sí mismo, pero al vivir más hay más tiempo para que las mutaciones que se adquirieron a edad temprana se manifiesten como tumores. O sea, volviendo a lo anterior, sí va a haber un mayor éxito en combatir la enfermedad pero nunca una erradicación porque no es lo mismo que la viruela, que la causa un virus y al erradicarlo desaparece la enfermedad.
-Visto de ese modo, ¿por qué seguir apostando a la investigación científica en países como los nuestros, que de por sí no tienen muchos recursos?
Porque aunque los trabajos de investigación no produzcan resultados que se apliquen a la Medicina al día siguiente, sin la práctica de la investigación no se puede entender ni si quiera los avances que generan afuera y hay que aplicar rápidamente. Además, la investigación es la que genera los recursos humanos, los jóvenes, que van a poder abordar esos problemas porque no se puede enseñar ciencia por lo que está en los libros.
-¿En qué sentido?
-La ciencia se enseña por la praxis que tiene el investigador. Nosotros en la universidad no damos lo que está en los libros, el profesor es un generador de conocimiento, porque sino no puede transmitir las fórmulas metodológicas que van a terminar con un doctor que sepa resolver problemas.
-¿Es sería el objetivo final, en cierta medida?
-Sí, hay que apoyar a la ciencia porque la ciencia resuelve problemas, de toda índole. Y en el camino se aprende mucho y surgen cosas muchas veces inesperadas. Hay que pensar que gran parte de los hallazgos no fueron planeados.