Informe
Un mejor poder adquisitivo y mayor acceso a productos de calidad, genera en los jóvenes un upgrade más temprano en el consumo de bebidas espirituosas en busca de nuevas sensaciones.
Innovador, transgresor, informado y con mayor poder adquisitivo. Así se presenta el joven hoy día, dispuesto a consumir mejor, en busca de nuevas sensaciones y, sobre todo, propenso a pagar por ello si la calidad lo amerita.
Y esto llega al consumo de bebidas espirituosas. Atrás quedan las herejías impuestas culturalmente como que los tragos son exclusivos de ciertos acontecimientos o géneros o que el whisky se mezcla únicamente con hielo o se consume solo.
Al mirar las franjas de bebidas, la de más valor es la que más creció de la mano de los consumidores jóvenes, según Gustavo Rodríguez, director de IdRetail.
«Hay una imposición de una cultura gourmet en toda la sociedad y los jóvenes no están ajenos. En ellos se ve una tendencia a un consumo de mayor valor agregado que genere prestigio», señaló el experto. «En nuestras investigaciones, la preocupación de que la bebida no haga mal entre los jóvenes no está presente», aclaró.
Francisco Kantor, gerente general de Almena, coincidió. «Estamos viendo que el joven gasta más a la hora de beber» y esta ‘premiumización’ del consumo «se está dando en distintas categorías».
Se refleja también en el indicador de valoración denominado «regalabilidad» que mide cuánto se usa el producto para regalar. «Las marcas con alta regalabilidad han tenido un alto crecimiento en los últimos años en los estratos más jóvenes», apuntó Rodríguez.
La versatilidad
El whisky es tal vez uno de los casos más paradigmáticos. «¿Por qué solo se debe tomar un escocés en un vaso corto, sin hielo o con máximo dos piedras?», se preguntó Edwin Alvarado, country manager de Bacardi para Uruguay y Paraguay.
A modo de respuesta, su firma lanzará este lunes una campaña de su escocés William Lawson`s bajo la premisa No Rules, dirigida tanto a jóvenes consumidores de whisky que comienzan en la categoría escocés, como para su público de siempre.
El premio final será un viaje al Festival de Edimburgo en Escocia denominado No Rules, donde tampoco hay una estandarización de lo que se puede tomar, amplió.
«La idea es sentir la libertad de tomar un escocés como más prefiera, con bebidas colas, en un vaso largo, con hielo o con agua», ejemplificó. Lo que busca Bacardi es captar a ese público joven que entra cada vez más temprano al sector escocés y posicionarse como «entry level» a la categoría, argumentó.
Desde Diageo se aprecia lo mismo. Patricia Miller, marketing manager de la firma, afirmó que ven una tendencia a la premiumización en el consumo de whisky, en su caso con el Vat 69 y Johnnie Walker.
Es que en ese sector, donde el consumo en cantidad no varía, el crecimiento es por esta vía. Los jóvenes dejan de lado el «nacional» y se animan a un «escocés» para hacer un whiscola, o incluso, según Rodríguez, es cada vez más común ver a jóvenes innovando, probando con maltas únicas o de pura malta, extra añejos, o presentaciones de whisky innovadoras.
Pero no es la única bebida que muestra signos de premiumización. Incluso, es en aquellas utilizadas para mezclar en donde se aprecia un mayor crecimiento, coincidieron los consultados. En una búsqueda de nuevas sensaciones y experiencias, los tragos y cócteles como Cuba libre, Margarita, el tradicional Gin con pomelo, entre otros, se hacen más comunes y, como consecuencia, el ron, el vodka, el Fernet y el gin ganan mercado.
«En la típica ocasión con amigos se sumaron otras bebidas que generalmente se toman bajo la modalidad de tragos, además del whisky que siempre está», indicó Miller, para quien si bien son una base muy chica de ventas en litros, registran altas tasas de crecimiento en Diageo.
En estos segmentos la calidad también es un valor muy buscado. «Eligen productos importados en busca de la seguridad que le brindan las marcas reconocidas», apuntó Alvarado, quien reveló que tanto en ron como en escocés sus ventas crecen en doble dígito.
Otras bebidas menos relevantes también juegan su partido, como el aguardiente de caña, siempre considerada de bajo valor, y las grapas. En el primer caso marcas como Sagatiba llega a costar $ 700 una botella de 750 mililitros, mientras que en las grapas se comercializan varietales, en botellas finas, de medio litro con presentaciones refinadas.
No más damajuanas
Y los vinos no se quedan atrás. Desde el Instituto Nacional de Vitivinicultura se viene apostando fuerte a ampliar el público y derribar estereotipos. En su reciente campaña multimediática «Saber de vinos es saber disfrutarlos», el Instituto invita a disfrutarlo tanto en un ambiente formal como en uno más relajado y cotidiano.
Este sector sabe que los jóvenes quieren consumir vinos más finos y, según Kanton, es donde se aprecia el mayor cambio. «Hay un gran pasaje del vino en damajuanas a otros más finos. La primera categoría que creció es la del tetra, la segunda es la de vinos de bajo precio (menos de $ 90)», dijo.
Para expertos, los menores de 30 años buscan vinos dulces, frutados, fáciles de tomar y con baja graduación alcohólica, pero rápidamente amplían sus gustos
Las cervezas importadas crecen entre los uruguayos
La cerveza vive una situación similar a la del whisky. Con un consumo estable hace dos años, el crecimiento está en las importadas. Argentina y México dominan al influjo de Stella Artois y Corona, explicó Francisco Kantor, de Almena. FNC pasó de importar 19.000 hectolitros en 2009 a casi 60.000 en 2013. Y en el primer cuatrimestre de este año lleva un 20% más que el mismo período del año anterior. Corona multiplicó por seis sus importaciones en los últimos cinco años y Stella por tres. En tanto, Miller, que no existía hace cinco años, hoy importa el 5% de las cervezas.
http://www.elpais.com.uy/el-empresario/quedaron-jovenes-que-no-se.html
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