Historia clínica electrónica obligatoria

Funcionará en dos años; el Estado gastará US$ 21 millones en implementarla

El gobierno destinará US$ 21 millones a implementar una historia clínica electrónica en todo el país. Dentro de dos años se comenzará a exigir su implementación, escalonadamente. Ya hay prestadores pioneros.

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Escritura poco clara, documentos dispersos por varias policlínicas e, incluso, por todo el país, infinitas maneras de llamar a una misma droga… La historia clínica escrita en papel es anacrónica en muchos países y dificulta la atención de los pacientes.

El sistema de salud uruguayo se encamina a la historia clínica electrónica y dispone de US$ 21 millones para hacerlo. Se aspira a que en dos años la mayoría de los prestadores de salud la hayan incorporado. A partir de ese momento, las exigencias a hospitales y mutualistas irán en aumento.

«Son proyectos a largo plazo porque requieren que los prestadores estén preparados», explicó Jorge Forcella, director del programa Salud.uy que integra a varios organismos del Estado.

Forcella explicó que la situación actual de las mutualistas es muy dispar. Hay algunas que ya avanzaron en el tema -a veces en algunas áreas específicas- y otras van más atrasadas.

La Federación Médica del Interior (FEMI), por ejemplo, ya tiene un proyecto avanzado sobre el tema. Esto implicaría un gran cambio en la atención a los pacientes que viven fuera de la capital del país, donde se concentra la mayoría de los servicios.

El grupo Semm es otro prestador con un proyecto avanzado, afirmó Forcella. El Casmu, la Asociación Española y el Suatt también están planificando cambios en este sentido.

Cada prestador de salud tendrá un sistema propio para implementar la historia clínica electrónica, pero se busca que todos los sistemas «dialoguen» entre sí.

«Implica un cambio en la forma de trabajo que -más allá del uso de la tecnología- es un cambio en el rol del médico dentro del equipo de salud, la interacción dentro de los equipos de salud en otros niveles. Permite una integración mayor con el resto de los profesionales», explicó Álvaro Margolis, vicepresidente de la Asociación Internacional de Medicina informática y coordinador del Grupo 4 de la Convención Médica.

Uno de los principales y obvios beneficios de la implementación de la historia clínica electrónica es la circulación de la información.

Hoy los datos de cada paciente están distribuidos en cuanto centro de salud se atienda, incluso poniendo en riesgo la atención.

«Es muy importante para la calidad de atención del paciente y para su seguridad. Que no exista falta de información», explicó Margolis.

El propio paciente puede tener acceso directo a su historia clínica y no tendría la obligación de concurrir a su centro de salud para obtener una copia.

Incluso, podrá él mismo aportar datos a su historia clínica. Por ejemplo, un paciente diabético, según el sistema que implemente su prestador, podría ingresar datos de su medición de glicemia.

Los pacientes con afecciones complicadas, agregó Margolis, podrán recibir alertas de su institución de salud si dilatan su atención o seguimiento.

Se espera que la historia clínica electrónica, además, reduzca errores.

Además de la mejora de la legibilidad, las recetas médicas podrán ir directamente a la farmacia de la institución, por lo que reduce la posibilidad de errores.

Además, cuando la información está codificada -en lo que se trabaja actualmente- se podrán realizar estadísticas y análisis en tiempo real del estado de la salud de la población de todo el país.

Inversión.

Según dijo Forcella a El País, Salud.uy cuenta con US$ 21 millones para implementar la historia clínica electrónica y la telemedicina.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ya aprobó una línea de crédito de US$ 18 millones a Uruguay a fin de financiar el Programa de Gestión de Gobierno Electrónico en el Sector Salud.

«La mayor inversión es en el cambio cultural de atención de los pacientes y los softwares específicos que tienen su costo», explicó Margolis. Además, se deberá invertir en la conectividad entre las instituciones, adaptaciones de softwares, hardware y softwares de base.

La implementación será escalonada y por funcionalidades: se empieza por un área y se van sumando las distintas áreas de los prestadores.

Hoy, explicó Forcella, el programa Salud.uy está trabajando en la elaboración de estándares para que, a partir de ellos, las instituciones implementen sus sistemas. «Para tener una historia clínica operable, se necesita tener catálogos comunes, que todos llamen al medicamento de la misma forma y a las prestaciones también».

El proyecto para implementar la historia clínica electrónica tiene dos fases. La primera finalizará en junio 2016, con la culminación de los estándares y el asesoramiento a los prestadores. A partir de este momento, el servicio comenzará, escalonadamente, a ser obligatorio.

Para la primera fase, se destinarán US$ 7 millones y para la implementación se invertirán los US$ 14 millones restantes.

El futuro del papel

El gobierno no definió todavía qué hará con las historias clínicas en papel actuales. El costo por pasar todos los datos a formato digital y el riesgo de error son altos, ya que hasta el momento no se contaba con estándares de registro. Las otras dos opciones son comenzar un registro de cero o hacer un resumen de la historia existente y que convivan con la nueva.

http://www.elpais.com.uy/

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