LOS MÉDICOS ONCÓLOGOS CREEN QUE LO MÁS IMPORTANTE ES LA PREVENCIÓN
Como en otros países, los uruguayos tienen esperanzas y temores frente a una realidad que está mutando, igual que las células. La realidad es que hoy por hoy, cualquiera, joven o viejo, se muere de cáncer. La medicina «corre de atrás» el problema.
La sensación que se percibe es que una persona puede morir a cualquier edad por cáncer. Y de una forma rápida, incluso cuando parecía muy saludable. Es que en ocasiones la enfermedad aparece sin previo aviso y avanza en un corto tiempo hacia un desenlace fatal.
Desde tiempos inmemoriales hubo cáncer, pero nunca como ahora. Y las perspectivas de futuro no son las más alentadoras respecto al avance y la multiplicación de esta enfermedad. La ciencia médica y la industria farmacéutica juegan una carrera contra el tiempo. Ambas la vienen perdiendo.
Como ocurrió con el Sida, que explotó en medio del desconocimiento y el temor en la década del 80, el cáncer no tendrá una cura milagrosa. Así lo entiende el doctor Abelardo Meneses García, director del Instituto Nacional de Cancerología de México.
«Lo que hemos visto es que dependiendo de los estilos de vida, de los hábitos de la población, hay un tipo de cáncer que predomina en cada país. Por ejemplo, en Uruguay hay una alta frecuencia de cáncer de mama, de cólon y de próstata, que hemos visto muy asociados con la ingesta de grasas saturadas. En países donde el consumo de tabaco es muy alto, como Cuba, predomina el cáncer de pulmón. Aquí en México, en los estados con alto consumo de grasas, donde hay mayor sobrepeso, obesidad y mayor longevidad, los fenómenos están más ligados al cáncer de ovarios, endometrio, mama, cólon y próstata», explicó.
«Consideramos que posiblemente sean alteraciones genéticas las que se estén dando en la población. Y por eso es que estamos viendo a muchos pacientes jóvenes», añadió el experto mexicano.
Meneses participó la semana pasada del Oncology Day organizado por Bayer en Ciudad de México, junto a otros científicos y periodistas de Latinoamérica, que fueron reunidos para comunicar el estado de situación de una enfermedad que golpea en todos lados y para exponer los últimos avances de la exploración científica.
El director del Instituto Nacional de Cancerología considera que nunca se hallará una cura definitiva para el cáncer (ver nota aparte), por lo que la clave para vencer la enfermedad seguirá siendo la prevención. Aunque Uruguay se encuentra lamentablemente «despegado» como el primer país de Latinoamérica en cáncer de mama, los expertos consideran que con la autoexploración de la mujer, los medicamentos y los tratamientos químicos o radiológicos, 10 de cada 10 pacientes deberían estar en condiciones de ser curadas.
Distinto es el caso del cáncer de hígado (hepatocarcinoma), cuyos síntomas se despiertan en etapas tardías, haciendo muy difícil la cura del paciente. A diferencia del cáncer de mama, habitual en mujeres jóvenes, el hepatocarcinoma se despierta a una edad promedio de 64 años, en pacientes que mayoritariamente han tenido cirrosis o hepatitis B y C.
En los casos de hepatitis viral vinculados a este tipo de cáncer, entre 20% y 40% de los afectados desarrollan cirrosis hepática. Según las estadísticas, más del 55% de quienes padecen cáncer de hígado llegan a la consulta en una etapa avanzada de la enfermedad, siendo prácticamente imposible detectar el tumor en la primera fase.
Los síntomas de esta enfermedad, que se presentan de forma tardía, son la fatiga, la ictericia, el dolor abdominal y la anorexia, entre otros.
Morir comiendo.
La realidad de Uruguay no difiere de la de otros países de región. También aquí existen dudas y temor por los efectos del consumo de carnes, por el agua de la canilla, los alimentos modificados genéticamente y los pollos que son «inflados» con hormonas.
«Para que el animal pueda ser engordado más rápidamente y ser vendido se le aplican hormonas. Se ha visto que las hormonas están teniendo un papel importante sobre la generación de algunos tipos de cáncer», advirtió Meneses.
«Lo que pasa es que los estrógenos hacen que el epitelio de las células se replique más rápido. Al ocurrir esto, hay más oportunidad de que algunas células fallen en su replicación o sufran una alteración. Y si no se repara ese daño, se da origen al cáncer. Una paciente con cáncer de mama no debe tomar muchas hormonas», explicó el experto. Con respecto a este último punto, Meneses consideró que las mujeres deberían «consultar con su ginecólogo» sobre el consumo continuado de pastillas anticonceptivas.
Respecto al agua, dijo que «hay una bacteria que junto con la alimentación puede inducir a la formación de un cáncer de tubo digestivo, en particular de estómago». Aunque por sobre todas las cosas advirtió que debería existir una «gran preocupación» por el uso de pesticidas en los cultivos y por la falta de regulaciones apropiadas en muchos países.
«El control depende de la salud pública de cada país. No existe mucho control sobre los pesticidas que se utilizan en el campo para matar las plagas. Si no se tiene control de eso y la población no lo consume, entonces se está en riesgo de llegar a desarrollar algún tipo de tumor», sentenció.
Medicamentos.
La importancia de la industria farmacéutica en el mundo puede medirse con un solo dato: el desarrollo de un medicamento (desde la «idea » hasta que llega a la cama del paciente), le representa a Bayer una inversión de 1.000 millones de euros y 12 años de trabajo. En algunos casos, la inversión ha sido de hasta 3.000 millones de euros.
Esto explica por qué muchos pacientes no pueden acceder a los fármacos. Y por qué los gobiernos deben hacerse cargo del tema. «Desafortunadamente todavía hay mucha desigualdad. A un paciente con cáncer de mama en México le puede costar más de US$ 100.000 anuales. Y con cáncer de cólon, US$ 48.000. El 92% de los pacientes ganan menos de dos salarios mínimos. Si no tenemos programas que den la oportunidad de entrar en proyectos de investigación, o de que tengan cobertura social, o que nuestras fundaciones los apoyen, los pacientes abandona el tratamiento», concluyó Meneses.
REALIDAD EN AMÉRICA LATINA
-El cáncer es una de las principales causas de muerte en el mundo, al representar 13% del total de fallecimientos registrados. Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que en 2012 murieron 8.2 millones de personas por su causa, de las cuales más de 70% estaban localizadas en países de ingresos bajos y medios como los pertenecientes a América Latina. Se prevé que esos casos puedan pasar de 14 millones en 2012 a 22 millones en las próximas dos décadas.
-El cáncer colorrectal es la tercera causa diagnosticada con mayor frecuencia en América Latina y la cuarta causa más común de muerte por cáncer a nivel mundial. Aproximadamente 9 de cada 10 personas diagnosticadas con cáncer colorrectal tienen por lo menos 50 años de edad.
-Entre los factores de riesgo de cáncer se encuentran el bajo consumo de fibras, el alto consumo de grasas (por ejemplo de comida «chatarra»), el alcohol, el tabaquismo, el sedentarismo y la obesidad.La mayor mortalidad en América Latina responde a la detección en etapas tardía.