La presencia de ratas obligó a trasladar por 72 horas a ocho niños que se encontraban en cuidados intermedios del CTI pediátrico del Hospital Pereira Rossell, según la denuncia de funcionarios de ese centro.

Por el mal olor en el CTI pediátrico se trasladaron 8 niños internados a otra sala: Foto: María Inés Hiriart
La Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) 2 del Pereira Rossell -donde estaban internados ocho niños- fue cerrada al inicio de esta semana por mal olor. Los pacientes fueron reinstalados dentro del mismo hospital en la UCI 1.
«Los compañeros de la comisión de salud laboral hicieron un relevamiento y corroboraron las razones por las cuales se había desalojado, no es por falta de recursos humanos ni técnicos, ni médicos, sino por falta de condiciones edilicias y por las condiciones de salud que atentan contra los niños internados. Básicamente roedores. Ratas», dijo a El País Daniel Carrattini, presidente de la comisión interna del hospital.
«Las ratas andaban caminando por los techos y se tomaron medidas y acciones desalojando el UCI 2. En la sala habían algunos elementos que se percibían como la caca de roedores o los techos corridos. Se encontró una rata grande muerta. Se ve que en algún momento pusieron veneno y el roedor fue a morir allí», contó Carrattini.
El sindicalista explicó que los funcionarios alertaron sobre la situación ya que los roedores transmiten virus y bacterias. Sin embargo, en esta oportunidad la presencia de ratas no generó ningún problema de salud a los internados y tampoco al personal del hospital.
El secretario general de la Asociación de Funcionarios de ASSE (Afasse), Luis Pérez, dijo a El País que el UCI 2 se clausuró «por un olor pestilente en el cielo raso». Según dijo, la misma área fue cerrada a inicios de 2013 por una inundación asociada a «la falta de mantenimiento».
«Ahora, aparentemente, se trataría de ratas que habrían comido los caños por donde estaban los equipos de aire acondicionado, alguna habría muerto, y entonces de ahí venía el mal olor», señaló Pérez.
Además, dijo que el aire acondicionado de la UCI no estaba funcionando, lo que sumado a la presencia del olor desagradable, «tornaba insoportable el trabajo y ponía en riesgo a los recién nacidos».
«La clausura fue el día lunes y el 31 la dirección se había comprometido a colocar un aire nuevo. Recién hoy (por ayer) se solucionó el tema del aire», contó Pérez.
ASSE.
La directora técnica de ASSE Alicia Ferreira, dijo a El País que «a raíz de un olor feo en la UCI 2 se pasaron transitoriamente cinco pacientes internados a la UCI, otro sector de cuidados intermedios, después se arregló el problema del caño que estaba teniendo mal olor».
La directora del Centro Hospitalario Pereira Rossell, Ima León, dijo a El País que se trasladaron ocho pacientes por el mal olor. «Siempre se piensa que puede ser un caño que se rompe o alguna otra cosa así, porque el hospital tiene 106 años y se le hace mantenimiento. Se limpió todo, se hizo la fumigación y ahora de tarde volvían los pacientes», indicó.
Con respecto a la denuncia que hicieron los trabajadores, León dijo que en situaciones de este tipo «se buscan ratas muertas porque siempre puede haber por los caños, pero se hace la fumigación».
La directora del hospital, indicó que se esperaba que los pacientes volvieran ayer por la tarde al UCI 2. «Siempre se deja ventilar un poco después de la fumigación, pero hoy (ayer) en la tarde ya estaba previsto de que regresaran», señaló.
Sin embargo, el sindicato de los funcionarios del Pereira no comparte la decisión de la dirección de reabrir las camas de la UCI 2. «Las autoridades pretenden volver a los pacientes sin la certeza de que existan más roedores y elementos contaminantes. Para nosotros, hasta que no esté resuelto el tema, no deben volver; ahí entraremos en una disputa. Habrá que ver si prefieren que los niños sigan en esas condiciones o si instrumentan un plan de acción para sacar a los roedores», dijo Carrattini.
Para el sindicalista, después de las fumigaciones se debe abrirse un compás de espera. «Debemos esperar a que se eliminen las ratas y se limpie todo», acotó el dirigente.
Faltan enfermeros en CTI públicos
El secretario general de la Asociación de Funcionarios de la ASSE, Luis Pérez, dijo a El País que hay falta de personal de enfermería en los Centros de Terapia Intensiva (CTI) de varios hospitales públicos.
«Seguimos teniendo faltante de personal en todos los CTI, nosotros decimos que esto va a seguir así. Hoy nos faltaron auxiliares de enfermería en todos los turnos y licenciados no hay prácticamente en los CTI públicos, estamos contando con muy pocos. Esto se da por el tema salario, porque los privados pagan más», señaló Pérez.
La presidenta del Colegio de Enfermeras del Uruguay, Silvia Santana, dijo semanas atrás a El País que dos enfermeros renuncian por día de los hospitales públicos y los pequeños sanatorios. En Uruguay existe un déficit de 13.000 enfermeros y el panorama se torna cada vez más difícil para aquellas instituciones que ofrecen solo el laudo.
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