PLANTEAN CAMBIOS EN LA ENSEÑANZA
Nueva Agenda Progresista debatió sobre cambios en el sistema educativo.
Extender Primaria hasta 9º grado y crear un nivel de formación de jóvenes que no sea solamente preuniversitario e incluya las carreras técnicas, terminar con los programas por materia, unificar el cuerpo de inspectores, terminar con las elecciones anuales de todos los cargos y transferir un 20 a 30% del presupuesto a los centros, son las principales medidas propuestas por el sociólogo Fernando Filgueira en una conferencia organizada por Nueva Agenda Progresista, presidida por Álvaro García, y que algunos entienden como anticipo del plan de gobierno de Tabaré Vázquez.
El propio Filgueira en varios momentos de su intervención habló directamente de “lo que vamos a hacer”, en referencia al proyecto que exponía, que explicó que es fruto de aportes de varias personas. La puesta en marcha, dijo, exigirá aumentar en 1% del PBI el presupuesto de la actual ANEP.
Parches en un sistema
Filgueira comenzó con una serie de datos que muestran el esfuerzo económico que Uruguay realizó en materia de enseñanza y valoró una serie de planes adoptados como los maestros comunitarios. Pero mostró que bajó muy poco la repetición en Primaria, que subió en Secundaria. Las tasas de repetición -“el ritual de la repetición”-, que insumen parte del presupuesto, son las mayores de la región por lejos.
Solo egresa 39% de enseñanza media, una cifra menor que el promedio latinoamericano. Y no se trata de contextos críticos; los pobres chilenos y argentinos egresan más que los no pobres uruguayos.
Cuatro nuevos modelos
Aseguró que precisamos cuatro nuevos modelos. Un nuevo modelo pedagógico, que se proponga lograr competencias para el siglo XXI y no contenidos. Que los niños y jóvenes sepan comprender un texto. Y que se aproveche la evaluación en línea que permite el Ceibal.
Un nuevo modelo de ciclos de servicios, que sustituye las cinco administraciones por dos: un ciclo infantil de 9 años -lo que es tendencia mundial- y uno juvenil que incluye las escuelas técnicas y otras que no describió. Se mostró partidario de eliminar los múltiples exámenes por asignatura e ir a algo como un examen general de bachillerato que de cualquiera de las opciones permita entrar a cualquier carrera.
Un nuevo modelo de gestión de centros, que incluye la supresión de las elecciones anuales de cargos para permitir la formación de comunidades educativas, descentralización presupuestal y una carrera específica de formación de directores.
Un nuevo modelo de recursos humanos, que incluye un nuevo estatuto docente, formación programática, minimizar la incidencia de la antigüedad para ascender frente a otros mecanismos como el presentismo o las evaluaciones de pares, aprovechar y formar a estudiantes universitarios que desean entrar en la docencia y aumentos de salarios.
Metas y costos
Filgueira procedió luego a fijar una serie de metas que podrían plantearse para el siguiente quinquenio. Entre ellas, de 80 a 100% de incorporación de niños de 2 y 3 años, 60% de los niños en escuelas de tiempo completo, universalizar el ciclo básico completo, completar el ciclo medio inicial para jóvenes de 21 a 24 años y el ciclo medio superior a los 28 años, duplicar la matrícula de la enseñanza terciaria y mejoras del 50% en los puntajes de evaluación (tipo Pisa, aunque enfatizó que es solo un indicador y no hay que enseñar para el puntaje).
Finalmente, mencionó algunas restricciones para la puesta en práctica del proyecto. La primera es la existencia de voluntad política y consensos nacionales. La segunda son los recursos humanos: faltarán docentes. La tercera es económica: se precisaría un 0,7% más del PBI, que sumado a inversiones edilicias llegaría a 1%.