Archive for 30 de septiembre de 2013

Frenan tumor cerebral de ratón con tecnología molecular


Un equipo japonés ha tratado con éxito un gliobastoma, la forma de tumor cerebral más común en humanos, en un ratón mediante el empleo de tecnología molecular para lograr que el activo anticancerígeno alcanzara con éxito las células malignas.

274887_1380534738_tumor

El equipo está liderado por el profesor de ingeniería de biomateriales Kazunori Kataoka, de la Universidad de Tokio.

Según el artículo publicado por su laboratorio, los investigadores han logrado administrar de manera «muy eficiente» el tratamiento sobre el tumor mediante el desarrollo de un portador artificial.

Al agente quimioterapéutico de platino se le incorporó una micela polimérica y otras moléculas de ligando a través de un proceso de autoensamblaje molecular.

Tras administrarlo por vía intravenosa, el equipo logró suprimir el crecimiento del tumor maligno.

Administrar correctamente fármacos sobre células cerebrales es un proceso complicado debido a las densas paredes de los vasos sanguíneos del cerebro, que crean un muro difícil de penetrar.

Mediante este proceso, el grupo de Kataoka logró que las micelas producidas, con un tamaño de unos 30 nanometros de diámetro, traspasaran con éxito dicha barrera para atacar las células tumorales. EFE

http://www.espectador.com

Anuncio publicitario

Proyecto social Luces alumbra y se hace camino


IDEA

Jóvenes llevan arte a cárceles, hospitales, INAU y barrios de contexto social crítico.

Jovenes1

Marcel Cabrera nació en La Habana, hijo de padre uruguayo y madre cubana -por lo cual el se autodenomina “cubaguayo”-, y desde muy pequeño a escribir, al punto que con 14 años edita su primer ensayo “Mi América en Primavera”, dedicado a Mario Benedetti y Evo Morales, lo cual le valió que el propio presidente del altiplano lo invitara a una visita a su país. Además Naciones Unidas lo distinguió con el premio al escritor más joven del planeta. En el año 2010 es distinguido con la membresía  de la Asociación Hermanos Sainz, sociedad de nuevos talentos cubanos. Después, en 2011 llegó el segundo libro, un poemario “El Universo en poesía”, distinguido en el XXVII Premio Mundial de poesía Nosside y el tercero, “El tintero del alma”, el más reciente el año pasado, que fue el que disparó un gran proyecto social, que está en pleno desarrollo denominado “Luces” y que él dirige precisamente.

Con un claro tono caribeño y con ese acento tan particular de los cubanos, este joven de 18 años que reside en nuestro país desde hace apenas meses, explica que a partir de sus textos, enfocados a lo social, comenzó a idear una forma de poder expresar lo que escribe pero en algo tangible y que todos los compartieran, aun sin tener en sus manos el libro.

“Mis libros son el principal índice a la hora de querer ir a un lugar”, dice Marcel Cabrera, por eso no es ilógico pensar que en este tiempo que lleva funcionando el proyecto ya hayan estado en el Hospital Vilardebó, en la cárcel de Punta de Rieles, en el barrio Marconi,  y tengan en agenda ir a La Teja y al Cerro, al INAU y ya coordinaron una visita a una cárcel en San José y en definitiva, “a los lugares con necesidades sociales”, indica el joven.

Llevar el arte consciente

Cabrera cuenta que la idea original del proyecto fue hacerlo solo y como poeta y declamador, -ya que declama sus propios textos-, pero entendió que era mejor llevar “el arte consciente, el que transmite mensajes, desde diferentes ángulos y manifestaciones.” Para ello sumó a un grupo de jóvenes “que quieren transmitir los mismos mensajes que yo, o sea que quieren convertirse en activistas sociales”.

Hoy son más de veinte, jóvenes y no tanto, que acompañan a Marcel en este emprendimiento, unos hacen “break dance, otros son grafiteros, otros hacen manifestaciones teatrales de sus textos, hay músicos, gente haciendo hip hop, rap, títeres, y otras manifestaciones que logran en definitiva, un proyecto de arte y poesía humana, intentando hacer algo por los demás”, explica.

Cada actividad que realizan se va plasmando no solo en fotografías sino también en una especie de cortometraje, con el objetivo de “que no se quede ahí sino que trascienda a la sociedad”, pero además “para que los artistas, una vez que pasen por aquí, salgan hechos artistas verdaderos y según mi pensamiento en ese sentido, por ejemplo el artista real no solo el que habla con palabras sino con hechos en los lugares más vulnerables”.

Proyecto independiente

Este es un proyecto independiente sin fines de lucro, “por lo cual no cobramos para ir a los lugares, porque entendemos que para hacer esta actividad no hace falta mucho dinero -salvo el transporte y un sistema de audio completo, para hacer algo decente-. Es más, la parte de la promoción la puse yo mismo de la venta de mis libros”, acota.

Asimismo, Marcel nos cuenta que el grupo “esta abierto, no solo los artistas sino aquellos que se sientan con ganas de apoyar, colaborar, que sientan de verdad el proyecto. Si tú tienes las intenciones de ayudar a los demás, y de transmitirles la luz, siempre va a haber alguna forma de ayudar”, señaló finalmente.

Alumbrando en la oscuridad

Cuenta que el proyecto se llama “Luces” porque “vamos a los lugares más oscuros, más vulnerables y con este impacto de la poesía y el arte lo que tratamos es de cambiar los niveles de inclusión y exclusión de la sociedad. Ese es nuestro antídoto para intentar ayudar, despertar talentos, rehabilitar y habilitar personas, ya que nos han tocado niños que no han cumplido todas sus etapas sociales”.

http://www.republica.com.uy

Actuar entre sueños


SALUD

El sonambulismo no se considera una patología, pero igual se deben tomar precauciones.

524712451023eGabriela Vaz

Es verdad: la representación del sonámbulo caminando con los ojos cerrados y los brazos extendidos hacia adelante, es caricaturesca y mentirosa. Pero la posibilidad de que una persona se levante de la cama aún dormida y sea capaz de vestirse, hacerse un licuado o hasta conducir un auto es muy real.

El sonambulismo, ese trastorno tan útil a las tramas ficticias de las pantallas grande y chica, es una alteración del sueño que entra en el terreno de las llamadas parasomnias y que se ve preponderantemente en niños de hasta 13 años. Suele retirarse solo con la edad, aunque en Estados Unidos estiman que afecta a 4% de la población adulta.

¿De qué se trata exactamente? «Es un despertar incompleto o parcial de la etapa más profunda del sueño de ondas lentas (el no REM) y generalmente se produce durante la primera parte del ciclo de sueño de una noche; raramente se da durante siestas», señala el doctor en Neurociencia Atilio Falconi, uno de los responsables del Laboratorio de Neurobiología del Sueño de la Facultad de Medicina (Udelar), quien agrega que «es un fenómeno clínico que aparece mientras el cerebro se reorganiza en la transición de un estado (sueño) a otro (vigilia)».

No obstante, no está claro qué lo causa. En algunos niños, hay una «predisposición genética», acota por su parte la doctora en Neurociencia Marisa Pedemonte, directora del Centro de Medicina del Sueño del Claeh en Maldonado. En los adultos puede aparecer como fenómeno acompañante de ciertas patologías (accidentes vasculares, por ejemplo) o como consecuencia de la ingestión de psicofármacos o abuso de drogas. «El estrés o la privación de sueño también pueden aumentar la aparición de sonambulismo, pero en personas predispuestas», añade.

Falconi menciona además que en algunas mujeres los desórdenes del despertar se exacerban o disminuyen durante el embarazo o la menstruación, sugiriendo influencias hormonales.

Pero el sonambulismo no es una patología en tanto no genera ningún trastorno en la calidad ni cantidad del sueño del paciente, ni repercusiones en la vigilia, así como tampoco desencadena enfermedades, aclara Pedemonte. Lo que más impresiona al o los acompañantes del sonámbulo es su accionar.

Sucede que, durante un episodio, el afectado es capaz de hacer distintas tareas mientras está dormido, desde movimientos o comportamientos menores hasta conductas más complejas como vestirse, abrir puertas o sacar al perro. «Son siempre acciones automáticas y habituales de la vida diaria del paciente, nadie haría algo que no hiciera cuando está despierto», asegura la especialista.

La persona es capaz de ver su entorno, por ejemplo -de hecho, se mueve guiada por sus sentidos- pero no es consciente de lo que está mirando. «Automatismos motores, similares al sonambulismo, pueden ocurrir si estamos muy cansados, privados de sueño: por ejemplo si manejamos con ojos abiertos sin ser muy conscientes de que lo estamos haciendo. Lógicamente es una situación de riesgo», ilustra el Falconi, también docente en el Departamento de Fisiología, dentro del cual funciona el Laboratorio de Neurobiología del Sueño.

Lo que se recomienda en estos casos es guiar a la persona hasta la cama, aunque probablemente volverá sola de todos modos. La creencia de que despertar a un sonámbulo es peligroso es un mito. Lo único que puede generarle es confusión, como a cualquier persona a la que despiertan desde el sueño profundo.

Al volver a la vigilia, el sonámbulo difícilmente recuerde lo que hizo. Como mucho, se quedan con vagas sensaciones o impresiones del episodio. De hecho, si la persona vive sola y no tiene un comportamiento muy complejo, que lo haga por ejemplo ver cosas cambiadas de lugar, puede ni enterarse de que es sonámbula.

Marisa Pedemonte insiste en señalar que no se trata de una patología y que por lo tanto no se habla de cura ni de tratamiento. «Si es secundario a medicación, estrés u otro trastorno, se deben tratar esas cosas. Si es primario, hay que prever un ambiente adecuado, sin peligros. Si bien no hacen cosas que no harían cuando están despiertos, la situación se puede volver peligrosa en sí misma: al salir de madrugada a la calle se puede ser atacado, entonces se debe tener la precaución de no dejar las llaves en la puerta; el sonámbulo hace cosas automáticas, si no puede abrir la puerta fácilmente abandona la acción».

Los riesgos de lesión son la mayor preocupación (ver recuadro). Falconi sostiene que existen tratamientos específicos para aquellos casos en los que el sonambulismo se convierte en un problema para la integridad personal o en la coexistencia con la pareja o el resto de la familia. No obstante, destaca que «los episodios aislados pueden aparecer en personas perfectamente normales y no se recomiendan estudios adicionales. Se aconseja la evaluación formal por un especialista en sueño cuando las actividades son potencialmente violentas, perjudiciales o afectan al resto de los miembros del hogar».

DESORDENES MUY FRECUENTES

Cada día, cerca de un tercio de las personas sufre algún tipo de alteración del sueño o somnolencia diurna, explica el doctor en Neurociencia Atilio Falconi, quien integra un equipo que trabaja en el tema. Y agrega que aproximadamente un 10% posee un desorden clínicamente significativo del sueño. El más común de estos desórdenes es el insomnio, seguido por alteraciones respiratorias y el síndrome de piernas inquietas. El médico agrega a su vez que «las alteraciones del sueño se correlacionan con desórdenes médicos y psiquiátricos, como ser la hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, obesidad mórbida, diabetes, síndrome metabólico y la depresión». La privación crónica de sueño actual acarrea una amplia gama de problemas desde alteraciones en el aprendizaje hasta accidentes consecuencia de la somnolencia diurna.

Más grave de lo que se cree, dice estudio

El sonambulismo no tratado en adultos puede derivar en consecuencias graves, según una investigación realizada por el Laboratorio del Sueño Gui-de-Chauliac del Hospital de Montpellier (Francia) y publicada por la revista Sleep. De acuerdo a este trabajo, durante la edad adulta el trastorno «afecta a la salud y a la calidad de vida», ya que si no se recibe tratamiento pueden producirse «lesiones y autolesiones». Además, es posible que se desarrollen «trastornos del sueño, somnolencia diurna excesiva, fatiga y malestar psicológico», sostienen los expertos. A juicio del autor principal del estudio, el profesor de Fisiología y Neurología y director de este laboratorio Yves Dauvilliers, el sonambulismo adulto es una enfermedad «potencialmente grave», cuyas consecuencias «no deben ser ignoradas». Por ello, no entiende que se le considere como una patología «benigna». Su equipo de investigación constató, tras analizar a un centenar de pacientes diagnosticados, que «22,8 % de los sonámbulos presenta episodios nocturnos diarios y 43,5 % tiene episodios semanales». Además, 58% ha tenido comportamientos violentos en algún momento, como lesiones que incluyen «hematomas, hemorragias nasales y fracturas», además de un caso con traumatismos graves en la cabeza por saltar desde un tercer piso dormido.

Aún falta mucha investigación

¿Existe algún avance médico en el tratamiento del sonambulismo en los últimos años? Para el doctor en Neurociencia Atilio Falconi, «el avance es en el conocimiento de esta condición y que tiene pronóstico excelente siguiendo simples pautas para un buen dormir».

Una polisomnografía complementada con un estudio de video en general, ya sea en forma directa o indirecta, puede ayudar al diagnóstico la mayoría de las veces. «La dificultad en alguno de los casos puede ser la oportunidad de capturar un episodio -que privando de sueño antes del estudio al paciente- aumenta la probabilidad de aparición», agrega.

Marisa Pedemonte, médica y también doctora en Neurociencia, apunta que en realidad no se sabe qué mecanismos del sueño están `fallando` y por los cuales los sonámbulos no tienen sus comandos de acciones motoras inhibidas, «así que falta mucha investigación de los mecanismos básicos que producen un sueño fisiológico para poder llevar a determinar los `errores del sistema`».

http://www.elpais.com.uy

 

¿Existen criterios diferentes para la evaluación de hombres y mujeres?


SIGUE HABIENDO UN TECHO INVISIBLE PERO REAL PARA EL SEXO FEMENINO

La cantidad de mujeres en puestos líderes a nivel empresarial lamentablemente continúa siendo escasa.

524866e3ed919 (1)Desde la década de los ochenta, las mujeres superan en número a los hombres entre los graduados de los países de la OCDE. En la actualidad, en Estados Unidos las mujeres corresponden a la mitad del alumnado. Desde 2010, las mujeres son mayoría en la fuerza laboral estadounidense. A juzgar por esas tendencias, el avance de la mujer en la educación, la participación en el mercado laboral y el empoderamiento económico es uno de los cambios sociales más significativos de las últimas décadas.

Pero ese progreso esconde algunos hechos que permanecen inalterables. En particular, la cantidad de mujeres en puestos líderes a nivel empresarial lamentablemente continúa siendo escasa.

Un clima difícil.

La persistencia de la escasa presencia femenina en las oficinas de nivel jerárquico refleja una falta de progreso generalizada en el mundo de las empresas.

Existen muchos factores que podrían explicar los diferenciales de género en este ámbito laboral. La diferencia notoria entre la cantidad de mujeres que se gradúan de la universidad (y de la escuela de negocios) y la cantidad de mujeres que llegan a la cima del mundo corporativo revela el techo invisible que continúan enfrentando.

¿Por qué el mundo empresarial sigue siendo hostil con las mujeres? Parte de la respuesta radica en el balance entre el trabajo y la vida personal, y en la deserción de la mujer en el mundo corporativo.

Se suele afirmar que las mujeres no son lo suficientemente agresivas en lo que respecta a la autopromoción, lo que sugiere implícitamente que las mismas mujeres son, por lo menos en parte, responsables del problema.

Wall Street.

Pero puede haber otro factor que no tenga ninguna relación con las decisiones de las mujeres: simplemente, que las mujeres y los hombres se evalúan -y son ascendidos- con criterios distintos.

Wall Street es un lugar fascinante para estudiar cuestiones de género y evaluación de desempeño. En primer lugar, aunque hay un legendario dominio masculino, después de décadas de promover la diversidad de género, las mujeres representan casi el 20% de los analistas de Wall Street, una proporción mucho mayor que la presencia femenina en las oficinas de nivel jerárquico. En segundo lugar, Wall Street es famoso por funcionar como un club, es decir que los vínculos o red social de cada uno pueden influir mucho en el desempeño y el éxito profesional. En tercer lugar, Wall Street es sumamente competitivo. La diferencia entre el éxito y el fracaso es la diferencia entre ganar millones de dólares y perder el empleo.

Con Sterling Huang estudiamos el indicador máximo de éxito: el estatus de «estrella» que otorga la influyente revista Institutional Investor mediante una encuesta anual entre miles de gerentes de inversión a quienes se les pide que voten a los mejores analistas del año. La lista resultante impacta en el salario de los analistas: quienes obtienen el título, en promedio, ganan alrededor de tres veces más que los demás.

Las mujeres analistas, en promedio, tienen mejor formación que sus colegas hombres, casi el 35% de la población femenina se gradúa en universidades de prestigio, frente al 25% de los hombres. Esa cifra condice con la idea de que solo las mujeres graduadas más competitivas entran en el mercado laboral de Wall Street. En promedio, el rango de acción a nivel empresarial de las mujeres analistas es ligeramente menor al de los hombres. Quizá eso se deba a las dificultades que enfrentan para equilibrar el trabajo con su vida privada.

Para nuestra sorpresa, las mujeres analistas, en promedio, están igual de conectadas que sus colegas hombres: tienen lazos universitarios con un funcionario jerárquico o un miembro del directorio en casi el 25% de las empresas en las que se desempeñan. Por último, no existe un sesgo de género en la probabilidad de adquirir el estatus de estrella: las mujeres representan alrededor del 12% de la muestra general y casi el 14% de la muestra de estrellas.

Se trata de una buena noticia, no solo porque indica igualdad de género, sino también porque para los economistas significa que ambas muestras son suficientemente similares para permitir inferencias justificadas.

Distintos criterios.

Pero allí termina la simetría. Cuando estudiamos el grado de conexión de los analistas y su efecto en el desarrollo profesional -es decir, el voto de estatus de estrella-, hallamos una curiosa asimetría. Para las mujeres, es importante la exactitud de los pronósticos de desempeño: cuando una analista hace pronósticos inexactos, se reduce su probabilidad de ser votada para el estatus de estrella. También observamos que tienen importancia los títulos de universidades de prestigio y los años de experiencia, y que ambos factores contribuyen a la probabilidad de convertirse en estrella. Sin embargo, después de dar cuenta de esos factores, las conexiones no tienen importancia en sí mismas para las mujeres. Para los hombres, en cambio, observamos casi lo opuesto. El grado de conexión es uno de los factores que más los favorece para la probabilidad de obtener los votos que lo asciendan a estrella, aun después de dar cuenta de la exactitud de sus pronósticos y sus títulos de universidades de prestigio. De hecho, estos dos factores no tienen un efecto significativo en la probabilidad de los hombres de obtener el estatus de estrella.

Lo interesante de esta observación es la asimetría de los factores que influyen en la probabilidad de hombres y mujeres de conseguir la distinción de estrella. Para las mujeres, importa la exactitud de los pronósticos y la formación. Para los hombres, ninguna de estas es muy relevante; lo que importa son las vinculaciones.

De ahí que, aunque el 14% de las personas que detentan el título de estrella de Wall Street son mujeres, prácticamente no las hay entre los puestos principales de las grandes corporaciones. En su mayoría, permanecen en sus puestos analíticos en lugar de ser ascendidas a la dirección general, ascensos que conllevan evaluaciones subjetivas.

Condensado de FMI, Finanzas & Desarrollo.

Autora del estudio: Lily Fang, Profesora Adjunta de Finanzas de INSEAD.

http://www.elpais.com.uy

A %d blogueros les gusta esto: