ANÁLISIS
En nuestro país, los delitos sexuales, desde el atentado violento al pudor a la violación, son más comunes de lo que se cree. Detrás de cada una de esas historias, que solo a veces se transforman en noticia, encontraremos mucho miedo, dolor, sensaciones de indefensión e inesperadas repercusiones en las vidas afectadas, que probablemente nunca conoceremos. La información no siempre se divulga.
Merece una reflexión aparte la actitud casi permanente de las autoridades de no informar a las comunidades involucradas cuando se cercioran de que están frente a un potencial violador serial que, por sus características, merece estar en el conocimiento de las potenciales victimas, por su propia seguridad.
Parece necesario que exista una estrategia comunicacional que hoy es inadecuada en esta materia. Uno se sorprende que ante la noticia de la existencia de ataques por parte de un violador, con un patrón de conducta similar en determinada zona geográfica, no se informe en tiempo y forma a la sociedad. Y que tampoco se divulgue cuál es la ruta que debe seguir una víctima luego de un episodio de esta índole.
Por eso, aquí van algunas pautas básicas:
Dar noticia a la familia apenas llegue al hogar.
Dar noticia a la policía y traslarse a un centro asistencial, o en su defecto requerir la presencia medica donde esté.
Se debe conservar, en una bolsa de nylon, toda la ropa que tenía puesta la víctima cuando ocurrió el hecho. Es fundamental para obtener evidencia.
Pueden existir indicios relevantes en el cuerpo de la víctima para identificar al agresor y deben ser recogidos profesionalmente por el medico. Por lo tanto, se recomienda no higienizarse hasta haber pasado por las revisiones necesarias.
En cualquier servicio médico ofrecerán la orientación y apoyo necesario. Los médicos deberán tomar las muestras que se requieran para proteger indicios, así como aquellas acciones que verificarán el estado de salud integral de la persona afectada.
Requerir apoyo psicológico especifico, para el probable tránsito en ámbitos judiciales.
*Psicólogo especializado en perfiles criminales; ex comisario de Policía